La poeta Katherine Bisquet fue liberada en la noche de este lunes 3 de mayo. Pero, al menos 10 de los 12 jóvenes arrestados cuando se manifestaban el pasado 30 de abril en la calle Obispo, siguen desaparecidos.
Luego del tercer allanamiento del régimen a su vivienda, el artivista Luis Manuel Otero Alcántara, en huelga de hambre y sed desde hace ocho días, habría sido trasladado de manera forzada al Hospital Universitario General Calixto García.
Los religiosos denuncian las condiciones de precariedad en que viven las familias cubanas, la escasez de alimentos y medicamentos, la violación de los derechos humanos, las trabas a las iniciativas privadas...
Varias grabaciones muestran el forcejeo de las autoridades con activistas que permanecieron en el suelo, entrelazados y gritando consignas que fueron replicadas por el pueblo presente: "Patria y Vida", "Somos más", "Abajo la tiranía"...
"Creo que simplemente lo que hay es que organizarse. Tengo muchos amigos que han intentado venir. Si quieren venir, vengan juntos —expresó el artista en una directa—. La Seguridad del Estado no puede con todos nosotros juntos, ya se ha demostrado".
El artista y coordinador del movimiento San Isidro, en huelga de hambre y sed desde el 25 de abril, reclama al régimen el cese del cerco policial, el cese de la represión contra la libertad de creación y la devolución e indemnización de sus obras.
En la Rebelión de Abril (2018) en Nicaragua, la represión dejó más de trescientas muertes, exiliados, presos... Muchos vieron detrás de esa represión al gobierno cubano. Esta es la historia de las viejas "conexiones" entre La Habana y Managua.
La huelga de hambre tiene una historia en Cuba, usada como último recurso para reclamar los derechos, ante la impotencia y la falta de garantías ciudadanas. Incluso algunos huelguistas murieron, los dejaron morir, y no se conocen bien sus historias.
Alcántara: "No voy a aceptar que nadie me convenza... Si vivo fuera de Cuba estoy muerto. Si dejo de pintar estoy muerto, si no reclamo mis derechos estoy muerto... Prefiero irme poco a poco...Toda la muerte mía recaiga sobre el régimen."
Al joven que se manifestó pacíficamente pidiendo "Libertad" con un cartel en La Habana, primero intentaron acusarlo de delitos comunes, como "escándalo". Y, ante la falta de "evidencias", lo condenan por "Propaganda enemiga y Desobediencia".
Lo que conspira contra la "democracia sincera" en Cuba —para el autor— no es el lenguaje obsceno y marginal de los jóvenes del barrio San Isidro, "sino la obscenidad del silencio y el desprecio por el sufrimiento del prójimo".