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Cancionero. Las canciones cubanas prohibidas

Portada de cancionero "Ni dóciles ni dormidos". Las canciones cubanas prohibidas
Selección y notas: Francis Sánchez

"NI DÓCILES NI DORMIDOS". LAS CANCIONES CUBANAS PROHIBIDAS

La banda sonora del silencio

Hay canciones que nunca sonaron en la radio, pero crecieron y se multiplicaron cantándose en voz baja. En Cuba, desde 1959, muchas melodías pasaron a formar parte de una zona invisible: aquella donde la música se volvió sospechosa.

El título de esta antología, “Ni dóciles ni dormidos”, proviene de un verso de la cantautora Maricela Verena, una de las voces del exilio cubano que con su arte desafió el silencio impuesto por la dictadura a partir de 1959. Esa frase resume el espíritu de este cancionero que recoge una tradición de dignidad en la cultura hecha a contracorriente: voluntad de permanecer despiertos, libres y fieles a la verdad, aun cuando el poder haya intentado cortarnos las raíces.

Algunas canciones fueron vetadas por “extranjerizantes”, otras por hablar de amor sin consignas, o por recordar una Cuba que no encajaba en el relato oficial. Hubo temas perseguidos por mencionar a Dios, por sonar demasiado a rock, por venir del exilio, o simplemente por haber sido compuestos por artistas considerados “contrarrevolucionarios”. En los 60 se prohibió el twist y los Beatles; en los 70, el feeling; en los 80 y 90, las sátiras políticas; en los 2000, el rap y el rock alternativo. Cada década tuvo su propio silencio.

Este cancionero reúne precisamente esas canciones prohibidas: boleros, rock, trova, rap, salsa, pop y hasta parodias populares que desafiaron el poder, no siempre desde la política, pero siempre por apego a la libertad creativa. Detrás de cada título hay una historia de censura, también de persistencia: artistas que siguieron componiendo, oyentes que grabaron cintas clandestinas, emisoras del exilio que las mantuvieron vivas.

Aquí están las melodías que han vencido al miedo y al silencio. Las canciones que gritaron lo que otros ciudadanos en su cotidianidad no podían expresar, y que nos recuerdan que, incluso bajo la censura, Cuba siempre ha tenido música y voz propia.