Desde la serenidad contemplativa de Friedrich hasta la angustia visceral de Goya, la noche ha sido un espejo de las emociones y los dilemas del ser humano.
Desde el Romanticismo hasta las corrientes estéticas actuales, los temas nocturnos han evolucionado a la par que la visión de los artistas sobre el mundo.
Estos sonetos son una muestra tanto de la persistencia de la fe, como del poder de la imagen de la crucifixión para hacernos pensar en nuestra existencia.