Un hecho inusual colocó la pasada semana al Congreso de México en el foco de las noticias a nivel internacional, pues pese a que su función suele estar relacionada con cuestiones de índole política o legal, la presentación de dos momias presuntamente “no terrestres” por parte de un reconocido ufólogo fue noticia a lo largo del mundo.
Se trató de Jaime Maussan, conocido por su trabajo en programas de televisión como “Tercer Milenio”, quien mostró dos momias presuntamente “no humanas”, las cuales dijo que tienen unos mil años de antigüedad, según pruebas realizadas por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El ufólogo mexicano, en un momento de la audiencia que se volvió viral inmediatamente, destapó las dos urnas que contenían a las momias y afirmó que eran “seres no humanos, que no son parte de nuestra evolución terrestre y que, después de desaparecer no hay una evolución posterior”.
Además, Maussan añadió que “no se trata de seres que fueron recuperados en naves que son estrellamientos, sino que son seres que estaban sepultados en minas de diatomea, un alga fosilizada con 17 millones de años de antigüedad, es fitoplancton que abundaba en aquel tiempo, y, al desaparecer se fosilizó”.
El extraño caso de las momias de Nazca
No obstante, tanto las declaraciones de Maussan como las evidencias mostradas ante el congreso han recibido numerosas críticas por parte de científicos e investigadores, quienes las califican como “falsas” o “dudosas”.
Los investigadores en arqueología de la UNAM señalaron que los restos mostrados por el ufólogo son “humanos” y pertenecen a las llamadas “momias de Nazca” o “momias tridáctilas de Nazca”, encontradas hace unos años en Perú.
El World Committee on Mummy Studies, una de las organizaciones más prestigiosas especializadas en las momias, publicó un comunicado en 2017 afirmando que estos cuerpos sí son humanos, pero fueron modificados posteriormente para que se asemejaran a extraterrestres.
Si en algo coinciden los académicos, arqueólogos y científicos es en que estas momias son cuerpos humanos prehispánicos modificados, y que las más pequeñas, como las presentadas en el Congreso mexicano, son cuerpos armados con huesos de animales y humanos.
En ese sentido, la doctora en Arqueología Elsa Tomasto-Cagigao afirmó en 2017 que los protocolos de investigación en arqueología no se han cumplido con estos restos, los que asegura pertenecen a momias prehispánicas a las que les han “modificado las manos y los pies y han cubierto con una sustancia blanca, modelando los rasgos faciales para parecerse a un alienígena”.
Mientras tanto, el antropólogo físico y estudioso de momias peruanas Guido Lombardi dijo al diario El Comercioque para los científicos está “muy claro que estas momias, las grandes, son seres humanos precolombinos que han sido modificados con fines comerciales, y las supuestas momias pequeñas son estructuras que han sido armadas”.
También el arqueólogo forense Flavio Estrada, quien estuvo a cargo de analizar las momias para el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público de Perú, dijo en una conferencia que “los restos de presuntos alienígenas son creaciones fabricadas con huesos de animales y humanosunidos con pegamento sintético. Estos, a su vez, han sido cubiertos por una mezcla de fibras vegetales y adhesivos sintéticos para simular un tipo de piel”.
En el mismo 2017 un trabajo periodístico publicado por el medio The Atlantic denunció que los arqueólogos no tuvieron acceso a los restos modificados, los cuales fueron utilizados para crear una serie documental pseudocientífica llamada “Unearthing Nazca”.
Además, la nota de The Atlantic indicó que el tratamiento dado a las momias de Nazca forma parte de una narrativa colonialista que insiste en desconocer que las culturas precolombinas eran capaces de construir sociedades y arquitectura avanzada, al achacarlo a la presencia de “extraterrestres”.
Respuesta de la UNAM a Jaime Maussan
Pese a que no hay pruebas que demuestren que estas momias pertenecen a seres “no terrestres”, el Instituto de Astronomía de la UNAM publicó un comunicado reaccionando a las declaraciones de Maussan, en el que señalan que “hasta la fecha no existe ningún informe observacional o experimental que proporcione pruebas de la existencia de vida fuera de la Tierra”.
“Somos conscientes de que la posible existencia de vida o civilizaciones más allá de nuestro planeta despierta un gran interés en la población. Por esta razón es fundamental abordar y analizar este tema con el respaldo de instituciones de investigación científica, y siguiendo los rigurosos estándares éticos inherentes a la investigación”, agregó el Instituto de Astronomía de la UNAM en su comunicado.
Opiniones de científicos
La presentación de Maussan ante el Congreso no tardó en desatar las críticas de la comunidad científica. La física, astrónoma y divulgadora Julieta Fierro, en entrevista con Wired en Español, dijo que "habría sido bueno invitar a científicos” a la sesión, “tanto a los que buscan vida extraterrestre, como a personas que hacen antropología genética, que son quienes datan restos del pasado, y no fueron invitados".
“No solo eso. Hubieran invitado al embajador del Perú. Tú te imaginas lo que significa mostrar extraterrestres que cayeron en ese país y traerlos a México. Es horripilante. ¿Cómo pasaron por la aduana? Además, si fueran extraterrestres, lo primero que haces es aislarlo, porque qué tal si trae un virus de otro lado y hace una pandemia espantosa”, añadió Fierro.
En tanto Raúl Trejo Delarbre, Investigador en el Instituto de Investigaciones Sociales y Doctor en Sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, dijo al mismo medio de prensa que “lo que pasó en el Congreso mexicano fue un espectáculo, con información no necesariamente verificable, definida por el fanatismo que busca mucho más la espectacularidad mediática y réditos políticos, que explicar el fenómeno de la posible vida fuera de nuestro planeta, y sobre todo es un asunto que excede las tareas del Congreso”.
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