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La Relectura | Intelectuales cubanos debaten sobre el libro de ensayos "La immagini infamanti"

Con la participación inaugural de los intelectuales cubanos Claudia Marrero, Grethel Domenech, Henry Eric Hernández y Francis Sánchez, se estrena “La Relectura”.

Los intelectuales cubanos Grethel Domenech, Francis Sánchez, Claudia Marrero y Henry Eric Hernández.
Los intelectuales cubanos Grethel Domenech, Francis Sánchez, Claudia Marrero y Henry Eric Hernández. | Imagen: Árbol Invertido

Este jueves se desarrolló de manera virtual el primer programa de "La Relectura", un espacio fijo de Árbol Invertido y Ediciones Deslindes, en cuya emisión inaugural los intelectuales cubanos Claudia Marrero, Grethel Domenech, Henry Eric Hernández y Francis Sánchez hablaron del libro "La immagini infamanti. Arte, burocracia, peregrinaje y violencia en Cuba" (Ediciones Deslinde, Madrid, 2023), del investigador y artista cubano.

Claudia Marrero, doctora en Estudios Culturales por la Universidad Justus Liebig, consideró en la charla que el Gobierno cubano ha sabido desarrollar un engranaje muy bien afilado en lo relacionado con lo “cubano revolucionario” en el campo de la cultura.

“De hecho, lo primero que hizo el Gobierno fue desarrollar una amplia diplomacia cultural. La Revolución triunfó en enero de 1959 y ya en marzo se estaba creando el ICAIC y en abril la Casa de las Américas, y así grandes instituciones que agasajaron a esa élite cultural que visitaba muy curiosa a la Isla”, agregó la estudiosa.

En opinión de Marrero, es interesante ver cómo con la carencia de recursos del Gobierno cubano, a partir de los años 90, esa diplomacia cultural “se ha reemplazado por mecanismos de mayor ejecución y regulación directa, por una burocracia violenta en el sentido penalista de la palabra, ejecutado sobre lo cultural”.

En ese sentido, Marrero se refirió al concepto de “peregrinos culturales”, acuñado por Hernández en su libro, al hacer referencia al “efecto Sartre”, “sobre todo ahora a partir del 11J, del 27N, de todos estos eventos catárticos, y de todos estos intelectuales que siguen haciendo un nido en su posición común, de la cual no pueden salirse porque significaría también denunciar su carrera y sus escritos alimentando esta mitología”.

Marrero añadió que Hernández en sus ensayos “pone mucho el dedo en lo malévolo de este mecanismo o posición, de la elección consabida entre la peste y la cólera, de buscar el mal menor, con lo que justifican moralmente el hecho de no condenar lo que está ocurriendo porque el fin justifica los medios”.

Grethel Domenech, historiadora y estudiante del doctorado en Historia de la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México, por su parte, dijo que algunas de las provocaciones que sintió cuando leyó el libro fue la de “pensar la censura en Cuba”, algo que consideró “no está lo suficientemente historiado”.

En ese sentido, dijo que el libro “sienta un precedente para no solo nombrar a la censura, sino también tomarla como un proceso totalitario y político que debe estudiarse”.

En el volumen de ensayos Hernández “agrupa a la censura en dos campos que son los peregrinos políticos y los funcionarios totalitarios”, agregó Domenech, quien también consideró que “el libro actualiza esta tradición intelectual que pone al concepto de totalitarismo en el centro de los análisis de la realidad cubana”.

Domenech agregó que “el libro ayuda a pensar las múltiples historias que se necesitan escribir sobre el proceso cubano a partir de 1959, y en ese sentido viene a la mente la conferencia de Chimamanda Adichie, titulada El peligro de la historia única, pues los historiadores y cientistas sociales cubanos estamos luchando siempre con esa única historia que se ha escrito y vendido sobre la Isla”.

El escritor cubano Francis Sánchez, director de Árbol Invertido y editor del libro publicado por Deslinde, agradeció la mirada “tan libre” de Henry Eric Hernández y el uso de términos “a los que se le tiene mucho miedo desde la academia como totalitarismo y Seguridad del Estado”.

Henry Eric Hernández, autor del libro, dijo que además del grupo de los peregrinos políticos y los funcionarios totalitarios hay un tercero, el de lo que denominó “el amigo totalitario”, donde incluyó a “elites culturales de artistas e intelectuales” que están vivos y de alguna manera “condenan a otros colegas”.

“Sigo pensando que hoy en día es más fácil condenar al poder, a los gobernantes, a los funcionarios totalitarios, e incluso a los intelectuales peregrinos, pero sigue costando y siendo un tabú interpelar a los colegas que están en las urbes culturales y que todavía siguen manejando enlaces imaginarios de gestión de empoderamiento, de decir quién es artista y quien no es artista”, agregó Hernández en su intervención.

El artista e investigador cubano también dijo que tanto los peregrinos políticos, como los funcionarios y los amigos totalitarios generan “una sabiduría que implica un tipo de comportamiento político y humano” que termina por excluir otros modelos de actuación.

La Relectura” es un espacio dedicado a (re)lecturas, análisis y debates sobre diferentes temas de la cultura y la sociedad cubana que se transmitirá de forma periódica por las páginas de Facebook de Árbol Invertido y Ediciones Deslinde.

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