El 21 de mayo de 2025, se presentaba en Valencia otro acto de propaganda del régimen cubano, protagonizado por Gabriela Fernández, una de las guionistas y presentadoras del programa "Con Filo", un programa de la policía política cubana, en medio de una gira por España. Como un acto de denuncia de esta agenda de la dictadura o el Partido Comunista de Cuba, varios exiliados cubanos se reunieron en el lugar del evento, frente a la sede del Partido Comunista Español, para denunciar y protestar pacíficamente contra un acto de exaltación a una dictadura. La presencia más destacada fue Oraisa Estrada, quien leyó en voz alta el siguiente "Manifiesto" personal, escrito para este momento, en un intento de darle voz al pueblo de Cuba reprimido y encarcelado.
Manifiesto: "Mi enemigo es el Partido Comunista de Cuba"
Buenas tardes para todos los presentes, mi nombre es Oraisa Estrada, y aunque pertenezco a varias organizaciones, hoy vengo por mi cuenta a expresar estas palabras que considero tan urgentes.
En mis tantos años de activismo nunca he ofendido a ninguno de mis oponentes, tampoco me ha interesado gritarles, porque mi objetivo siempre ha sido que tal oponente y la audiencia sean capaces de escuchar mis ideas.
Y digo “oponente” porque sé, precisamente, la diferencia entre oponente y enemigo.
Mi enemigo es el Partido Comunista de Cuba, en cuanto a que es el fundamental responsable de que mi tierra esté devastada y de que mi pueblo esté reprimido.
Muchos cubanos aún no saben quién es el verdadero enemigo, y en consecuencia, a veces pierden el foco, cayendo en el fuego amigo y en la eterna sospecha sobre los demás activistas.
Gabriela Fernández, Con Filo y las organizaciones españolas que los apoyan y promueven solo son cómplices de este enemigo.
Son solo parte de un moderno y efectivo mecanismo de propaganda, que responde a un gran desespero del Partido Comunista de Cuba para intentar apuntalar los pocos apoyos que le quedan en Europa, porque progresivamente, y por su evidente totalitarismo, ha ido perdiendo la credibilidad que antes quizás gozaba, cuando no existía el acceso a la información y los medios de comunicación que hoy en día existen.
Esta dictadura tan longeva ya ha entrado en la fase de mentir directamente a la comunidad internacional, y en este caso específico a la ciudadanía española, que debería tomarse un minuto de su tiempo para darse cuenta de que todo lo que se ha explicado y contado sobre Cuba en esta gira de ConFilo es pura demagogia, desinformación y ansia por justificar lo injustificable.
En la lista de cómplices están, desde luego, algunos comunicadores y medios de comunicación que, al ser parte del mismo circo, colaboran en dar sus versiones manipuladas sobre los problemas que solo nos atañen a los cubanos.
En este sentido, he venido a este punto a poner sobre la mesa algunas cuestiones que a cualquier cubano le pasarían por la mente si pudiera asistir a algún encuentro de los varios en que Gabriela Fernández y ConFilo se presentarán:
- ¿De veras tiene permiso Gabriela Fernández para contar lo que realmente sucede en Cuba?
- ¿Hay alguna otra excusa para explicar el estado de la nación cubana que no sea el tan nombrado “embargo”?
- ¿Es culpa del embargo también que en Cuba no exista libertad de expresión, manifestación y asociación?
- ¿Cómo ConFilo puede explicar que en Cuba solo exista un partido político y que cualquier intento de fundar otro esté expresamente prohibido en la Constitución?
Ustedes, españoles que se encuentran aquí hoy y que son tan defensores de la democracia: ¿se imaginan que la Constitución española encumbrase a un solo partido político por encima de toda la sociedad?
Estoy segura de que ni siquiera se imaginan a ustedes mismos en esa tesitura.
Por otra parte, ¿se habló en los encuentros de ConFilo de la realidad de la juventud cubana?
Entiendo que ese es el objetivo de la gira.
¿Habló Gabriela de la situación con la droga en las calles de Cuba?
¿Habló del gran ascenso de la delincuencia juvenil en los últimos años?
¿Habló de los jóvenes manifestantes del 11 y 12 de julio de 2021?
¿De cómo los reprimió la policía?
¿De cómo los cazó la Seguridad del Estado?
¿De cómo les manipularon los juicios y les exageró las condenas la fiscalía?
¿Habló de la emigración masiva de los jóvenes cubanos a cualquier rincón del mundo con tal de salir de Cuba?
No creo que estos temas hayan sido mencionados, y mucho menos debatidos en esos encuentros, al menos sin buscar la manera de culpar a Trump y al embargo de estos desastres.
Gabriela y ConFilo vienen a hacer su trabajo, a cumplir su orden dada, y de paso a ver qué se pueden llevar de pacotilla para “resolver” frente a tanta carencia y necesidad.
Pero la peor de las partes les toca a los españoles que los apoyan.
Estos saben perfectamente cómo se vive en democracia, y saben también cómo se ha vivido en dictadura en otras épocas.
A estos españoles que no cuestionan nada sobre Cuba, que se tragan que todo es culpa de los Estados Unidos y solo aplauden con las orejas lo que dicen estos voceros de la dictadura en sus encuentros preparados, les toca el peor juicio: el juicio del resto de la sociedad española y de la comunidad de cubanos libres, que con gran desprecio y vergüenza ajena presencian su complicidad y servilismo.
A estos españoles y medios de comunicación partidarios de la mentira y la opresión también les vengo a denunciar públicamente hoy.
Para que todos los presentes sepan que en cada rincón donde haya un cubano con dignidad y responsabilidad política, habrá una protesta y una reivindicación.
Una reivindicación a la libertad, esa libertad que tanto se defiende algunas veces y tantas otras se solapa por cuestiones de intereses y política sucia.
¡Muchas gracias!
Oraisa Estrada
Líder del Partido Nacionalista Cubano e integrante de la Coalición de Mujeres por Cuba Libre, reside en Valencia desde hace décadas y comenzó su activismo a raíz del 11 de julio de 2021. Tras la agresión, declaró que se sentía en el deber de alzar su voz ante las mentiras y demagogias de quienes, incluso en países democráticos como España, los violentan e intimidan, “como si nosotros no supiéramos los derechos”.