El 11J permitirá entender mejor los límites del pueblo. Superado el obstáculo del miedo queda frente a sí uno mucho mayor: el del régimen que lo oprime.
Después que Miguel Díaz Canel ordenó por la televisión nacional que se reprimiera impunemente al pueblo, sus deseos empezaron a cumplirse: terror y muerte.
Cuba estalla en manifestaciones de protesta y el mundo asiste con perplejidad a una prueba que echa por tierra para siempre la propaganda revolucionaria.