COSAS DE ISLEÑOS
"¡Qué calor!" dijo Severo,
y le contestó Homobono:
"Es que la capa de ozono
tiene abierto un agujero".
Y el isleño Juan Romero,
que estaba estudiando un mapa,
dijo: "Si en cualquier etapa
sigue este calor tremendo,
pues que le sigan abriendo
agujeros a la capa".
Al isleño Juan Estrada
se le murió un buey un día,
y en este tiempo tenía
la mujer embarazada.
Como nunca supo nada
de la justicia y la ley,
dijo al lado de un Jagüey
rascándose el carapacho:
"Si el hijo me sale macho,
lo voy a dejar pa’ buey".
EL TUERTO QUE ME ROBÓ LA BICICLETA
Anoche un tuerto ladrón
me robó la bicicleta;
le tiré con la escopeta
como única solución.
Salió por un callejón
corriendo a más no poder.
Qué manera de correr
el tuerto entre los matojos;
si llega a tener dos ojos
me lleva hasta la mujer.
CONSUELO ESTÁ MOLESTA
Se me rompió el calzoncillo
cuando brinqué el cañadón
y le puse al pantalón
un remiendo en el fondillo.
Se murió el gallo amarillo
que tan saludable estaba
y Consuelo está muy brava
—no sé si te lo contó—
porque un ladrón le llevó
el blúmer que le quedaba.
ANGUSTIAS PECUNIARIAS
Por la situación precaria
que en mis bolsillos impera
dos añojos de primera
vendí a la Empresa Pecuaria.
Con esta pobreza diaria
nadie vendrá a darme un teque,
y ahora me dicen que el cheque
vendrá el año venidero
y yo no tengo dinero
ni para comprarme un queque.
HABLAR MENOS
Pienso que en las reuniones
que se dan tan repetidas
habrá que tomar medidas
con los discursos cansones.
Dan muy malas impresiones
y a cualquiera vuelven loco
y según ha dicho Coco,
el primo hermano de Chucho,
aquí se conversa mucho
pero se trabaja poco.
CIRUGÍA PLÁSTICA
La señora Encarnación
salió de su pueblo un día
y se hizo la cirugía
plástica allá en el Japón.
Regresó de esta región
preocupada totalmente,
y le decía a su gente:
"Lo que tengo es un castigo
porque me quedó el ombligo
en el medio de la frente".
LA SUBIDERA
Subió el frijol, subió el ajo
y todo se ve subir
y el pueblo empieza a decir
"La col está del carajo".
Subió el precio del guanajo,
subió la cerveza, el ron,
subió la pasta, el jabón,
y con tanta subidera
no es extraño que a cualquiera
se le suba la presión.
LAS COSAS QUE YO NO HE VISTO
No he visto en la sepultura
de un muerto dar una fiesta,
ni he visto gente dispuesta
para ir a la agricultura.
No he visto vivir a un cura
en una casa de yagua;
no he visto correr el agua
en contra de la pendiente,
y no he visto a un dirigente
hacer cola pa’ la guagua.
No he visto ningún lugar
en Cuba donde no roben,
ni he visto a un muchacho joven
con ganas de trabajar.
No he visto secarse el mar
y formarse un lagunato;
no he visto un perro y un gato
darse un beso en el hocico,
y no he visto a un merolico
vendiendo jabón barato.
No he visto una tarde sola
que no llegue a oscurecer,
ni a nadie que quiera ser
el último en una cola.
Yo no vi matar a Lola
a las tres, y eso me alegra;
tampoco he visto a mi suegra
subir al Pico Turquino,
y no he visto a un campesino
que no venda en bolsa negra.