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"Cambia uno y cambiamos todos". Entrevista a Ariel Maceo sobre el grupo Demóngeles

"Demongéles es un grupo de jóvenes artivistas, su razón es el arte que ha quedado escindido, el cuestionamiento crítico, la libertad: los escombros del país que nadie parece ver".

Ariel Maceo, escritor y fotógrafo, uno de los líderes de Demóngeles
Ariel Maceo, escritor y fotógrafo, uno de los líderes de Demóngeles. | Imagen: Jessi Navarro

Se hace necesario buscar entre los escombros de la historia no contada de este país para encontrar proyectos lúcidos y sinceramente comprometidos con la necesidad de cambio en la circunstancia política y social de Cuba. Demóngeles se funda en el 2006, y es uno de los proyectos que más ha integrado al arte y al activismo, y desde esa unión se cerciora de apoyar y estimular el pensamiento transgresor de escritores, raperos y otros artistas que están en las márgenes de lo oficial y a quienes, además, les son canceladas las posibilidades de la libertad de creación.

Demongéles es un grupo de jóvenes artivistas, su razón es el arte que ha quedado escindido, el cuestionamiento crítico, la libertad: los escombros del país que nadie parece ver. Su trabajo se encuentra en la interacción con la sociedad, sin grandes abalorios propagandísticos, solo los anima la sincera necesidad de generar arte y conciencia en las comunidades. La labor de la promoción de nuevos artistas, Demóngeles es una alternativa a tanto filtro que el sistema impone (filtro que está subsumido en las dinámicas políticas más vituperantes y más corrosivas, la ideología del colectivo oprimiendo la libertad de creación).

De las voces del grupo, Ariel Maceo cuenta sus experiencias, su compromiso con el artivismo y sus ganas de crear.

¿Estuviste desde los inicios en el grupo Demóngeles? ¿En qué momento te sumaste y qué te motivó?

No, no estuve desde los inicios. Digamos que era un artista muy solitario en ese momento. También que apenas me estaba adentrando y no conocía nada al respecto de los grupos de arte de La Habana, o de Cuba. Así que por lo pronto me dedicaba a ver a los Demóngeles de lejos, sus lecturas, festivales, los disfruté como espectador. Quizás alguna que otra vez pude subir a la Casona de Línea a leer poesía cuando llamaban a alguien del público, pero tampoco me animé, era un poco pendejo para esas cosas. Curioso que años después yo sea uno de los líderes del grupo y varios de esos muchachos y muchachas ahora sean mis amigos.

Sobre el 2016 ya conocía a varios de los miembros, y un día decidimos armar un grupo de poesía. Teníamos mucho material poético y una muy buena experiencia en el escenario, así que comenzamos a reunirnos para armar la fiesta. En un principio no retomamos el nombre de Demóngeles, nos aguantamos. Comenzamos a presentarnos en varios lugares, bares, festivales de poesía. Hasta que llegó el momento en que la gente comenzaba a identificar a los antiguos miembros del grupo, a recordar sus poemas, a pararnos en la calle y reconocernos. Así que en el 2017 nos reconvertimos en Demóngeles otra vez, convirtiéndome en su coordinador nacional, aunque en el grupo todos somos coordinadores y podemos actuar libremente sin tener que contar con el otro.

En el 2018 Amauri Pacheco de Omni Zona Franca nos dedica el Festival de Poesía sin fin a Demóngeles, algo por lo que siempre le estamos muy agradecidos, esa fue la presentación oficial. Ya yo desde años antes participaba en eventos del artista Luis Manuel Otero y Yanelys Nuñez, así que de alguna manera fui el puente para lograr lo que vino después.

¿Qué actividades artísticas realizaste?

¡Unas cuántas! Nos presentábamos en muchos lugares y aquello era un show, la gente se moría de la risa con nosotros. Porque sí, leemos poesía, pero es mucho más que eso. También nos pasaba, o nos pasa, que nos invitaban a muchos lugares una primera vez, y ya luego más nunca nos volvían a invitar, y esto era porque la poesía que hacemos se separa de lo que normalmente se hace. Y la gente, los organizadores terminaban acomplejándose con nosotros.

También que comenzamos a actuar directamente contra el 349. Una ley fascista que el régimen cubano se inventó para sepultar al arte independiente, y nos unimos al momento a la campaña contra el 349. Y bueno, fue cuando la Seguridad del Estado se enteró de que Demóngeles estaba de vuelta y les dio un infarto, jajajaja. Cabe recordar que el grupo en el pasado logró entre tantas cosas, meter una marcha con más de 200 personas en pleno Vedado.

Desde un principio tuve la premisa de que el grupo estaba en una nueva etapa, y había que internacionalizarlo. Que sus escritores estuvieran publicados, y en eso me volqué. Hicimos eventos junto al Movimiento San Isidro. Comenzamos a colaborar con el Club de Escritores y Artistas de Cuba. Participamos en el Festival Ítaca de poesía. Dimos un recital de poesía en la Embajada de Republica Checa. Abu y yo dimos un recital en la Casona de Línea abiertamente contra el 349. A nivel de redes sociales comenzamos a estar más activos. Nuestra obra comenzó a ser publicada en sitios como Puente a la Vista, Árbol Invertido, ADN Cuba, de la que soy columnista.

Nos ganamos una residencia artística en Chile y armamos un proyecto de una editorial independiente “Oncritika Ediciones” de la que soy CEo junto al escritor Abu Duyanah. Y ya tenemos los primeros libros, impresos con nuestros propios recursos.

Este año teníamos eventos internaciones que no pudieron ser a causa del coronavirus. Yo inauguré en Enero el evento de INSTAR “Lecturas al tiempo” donde di un recital espectacular y hablé sobre mi libro “Erase una vez un monstruo” en el que está incluido mi poema más conocido, "La mosca y el flan",  jajajaja.

¿Ha sido difícil desarrollar las actividades del grupo en Cuba en los últimos años, digamos en los últimos 3 años?

Ha sido muy difícil, para no decir imposible. Desde que la Seguridad del Estado cubano se enteró que Demóngeles estaba de vuelta, nos puso toda la atención. Ahí comenzó el acoso. 2019 y 2020 han sido batallas campales contra el régimen. Individualmente tomamos y lideramos acciones como sociedad civil en pos de la democracia. En Agosto del 2019 logré escaparme del cerco armado por la Seguridad del Estado por toda La Habana, y fui el único activista que logró llegar al parque de la terminal de ómnibus para las protestas de SNET, luego fui arrestado y estuve varias horas bajo interrogatorio. Ya desde un poco antes la Seguridad había venido a mi casa y me asignaron lo que llamamos nosotros “El compañero que me atiende”; por cierto tengo una copia de ese libro de Enrique del Risco,  jajajaja. Desde ese entonces, según nuestros cálculos, han tomado mi caso más de 13 agentes, no sé por qué.

En noviembre de ese año, tras un post mío que se hizo viral y se compartió más de 3000 veces en Facebook, los animalistas se movilizaron para pelear por una ley de protección animal, y lograron ser escuchados al menos, pero al único que arrestaron fue a mí. Vinieron en patrulla y me llevaron a interrogatorio. Me estaban acusando de organizar protestas por toda Cuba. 2020 no ha sido distinto, tenemos casi la certeza de que nuestros teléfonos están intervenidos. En enero, la Seguridad vino a la casa mientras yo estaba trabajando en la finca del científico Ariel Ruiz Urquiola al que la Seguridad le inoculó el virus de VIH en la prisión.

Durante la campaña por la liberación del artista Luis Manuel Otero, se convocó una maratón por el malecón, en la que iba a participar mucha gente. Y a los únicos que vino a presionar la Seguridad del Estado cubano, fueron a Abu y a mí, tengo que reírme, jajajaja.

A Abu y a mí nos han puesto chequeo. Nos siguen en la calle. Amenazan a nuestra familia, nos han hecho estado de sitio. Arresto domiciliario el día 30 de Junio junto a más de 80 activistas en toda Cuba.

Como puedes ver es muy difícil hacer arte de esa manera, y peor, es muy difícil vivir de esa manera. Hacer artivismo en un país con un régimen de terror, es muy jodido.

¿Cómo trabaja Demóngeles para insertarse en la sociedad cubana?

Demóngeles está dispuesto a ayudar a toda persona que lo necesite. Desde la viejita a la que le buscamos los mandados; formar parte de una campaña; salir a protestar por la liberación de un artista. También participar en debates online hasta firmar declaraciones para que Cuba no forme parte de la Comisión de Derechos Humanos como hicimos recientemente. Demóngeles en el pasado se conoció por hacer muchos actos comunitarios, y ahora en este tiempo está más cercano a la sociedad civil cubana.

Somos colaborativos y estamos dispuestos a ayudar a cada cual que defienda el derecho de todos los cubanos, sin importar las diferencias.

Hombre esquelético se ha quitado bandera cubana
Hombre esquelético se ha quitado bandera cubana. Fotografía: Ariel Maceo | Imagen: Ariel Maceo

¿Demóngeles tiene una pedagogía para enseñar arte y educar la conciencia política? ¿Cuáles han sido las respuestas del público?

Demóngeles usa su arte como transformación, cambia uno y cambiamos todos. Nuestro artivismo está enfocado en todos los aspectos al publico cubano y universal. Metodología no hay, solo las buenas ganas de hacer un arte comprometido con nuestro tiempo, y si eso nos alcanza para sacar a los demás de la Matrix, pues mejor.

Y sí, hemos dado charlas sobre cómo hacer arte libre y sobre como defenderlo y pelear por él. La acogida ha sido fenomenal.

Este año íbamos a preparar talleres de poesía en colaboración con INSTAR pero el coronavirus no lo permitió. Mientras tanto participamos en foros online brindando nuestro conocimiento y nuestros consejos sobre cómo obrar mejor contra un régimen que nos reprime. Es complicado pero se logra.

La unión con el Movimiento San Isidro ha sido una fortaleza para el mundo del arte y el activismo en Cuba. ¿Cómo ha sido de fructífera esta unión? ¿Qué novedades traen ambos proyectos en conjunto?

A los muchachos y muchachas de San Isidro los amo. Conozco a Luisma y a Yanelis desde hace años y siempre he tenido muy buena relación con ellos, luego conocí a Amauri, a Iris, a Matos, a Nonardo y desde ese entonces compartimos tardes y noches de café, de poesía y de sueños.

Aprovechando que estaba en Cuba uno de los líderes y fundador de Demóngeles, Luis Dener, decidimos sembrar las pautas con el Movimiento San Isidro para armar una coalición, y que de paso se unan todos los artistas que andan dispersos y son hostigados por el régimen. Y bajo esa premisa, hemos realizado varios eventos artísticos. Recogimos donación y la repartimos en Regla durante el tornado.

Colaboramos directamente en la campaña “La bandera es de todos”

Formamos parte de la obra interactiva de Luis Manuel “Que la patria os contemple orgullosa”. Participamos en la galería El bloque en casa de Amauri Pacheco en un evento referente a la campaña de la bandera.

Estamos pendientes y armamos campañas simultáneas para denunciar sobre los abusos o detenciones de los artistas de ambos grupos. Justo antes de la cuarentena Demóngeles formó parte de la campaña por la liberación de Luis Manuel. Y mientras yo era parte de uno de los 15 pelagatos, Abu Duyanah salió al vedado para protestar junto a otras tres mujeres extraordinarias, Omara Ruiz Urquiola, Iliana Rodríguez, Camila Acosta.

Durante la cuarentena, Luis Manuel y yo hicimos una obra juntos con la temática de los monstruos, que tuvo muy buena acogida en Instagram. Nada, estamos conectados.

Demóngeles ha anunciado que se ha convertido en una Organización No Gubernamental (ONG), ¿cómo ha ayudado esta categoría al grupo? ¿Qué herramientas (legales o artísticas) poseen ahora?

Este es uno de los resultados de la internacionalización de Demóngeles. Si bien pareciera que Demóngeles no hace últimamente eventos en el mundo del arte independiente en Cuba, a nivel internacional es todo lo contrario. Es curioso porque hace unos días estaba compartiendo con varias amistades, y se pusieron a hablar del grupo y no sabían si el grupo seguía funcionando, si aun existía. Y estuvieron debatiendo largo y tendido con teorías muy divertidas sobre lo que era Demóngeles y sobre lo que debió ocurrir con sus fundadores. Yo no abrí la boca. Solo me reía. Y es que eso es también parte de la mística del grupo. Mientras ellos debatían sobre Demóngeles yo me sonreía porque varios de nuestros libros ya comienzan a dar la vuelta por el mundo.

El grupo ha logrado colarse en la mente del espectador, al punto de tenernos presente como ese día donde esas amistades no sabían que yo soy uno de los líderes y estaba allí mismo, como uno más, entre ellos.

Demóngeles es ahora una ONG, eso nos garantiza personalidad jurídica. Eso nos catapulta a la hora de presentar proyectos. Nos garantiza la oportunidad de lograr financiamiento por nosotros mismos. Dinero que luego es usado en obras de arte como hemos hecho hasta ahora, o simplemente para donar y ayudar a otros jóvenes artistas.

Ser una ONG nos da prestigio, pero también un extra de protección, porque contra el régimen no se puede estar seguro ni confiar. Y el día que suceda algo muy grave con alguno de nuestros integrantes, entonces se activa esta valija segura para poder atacar al régimen en la arena internacional, que bien sabemos que ahí se les puede hacer daño.

Hasta ahora no hemos tenido necesidad de usarla, y ojalá y no lleguemos a eso. Porque ahora somos una entidad internacional, y el juego es muy distinto.

El grupo Demóngeles ha presentado el proyecto 50%+1, una iniciativa para suscitar un cambio en el sistema político de la isla. ¿Cómo funciona esta iniciativa? ¿De qué manera se puede acceder?

Como te comenté por allá arriba, los Demóngeles somos muchos por el mundo y cada uno tiene la posibilidad de crear y actuar por su cuenta. Sin pedir permiso, solo apoyo. Y así surgió este proyecto que es fenomenal.

Y mientras yo estoy tranquilo en mi casa escribiendo, Luis Dener lidera este proyecto que comenzó en Noruega, y ya está empezando a unir cubanos por todo el mundo. Así que les dejo los detalles a él que es el protagonista de la obra de arte.

¿Qué proyectos actualmente desarrolla el grupo en Cuba?

Te cuento que el coronavirus nos jodió un montón de proyectos, incluido presentaciones de libros, talleres de poesía, un evento multitudinario con niños de San Isidro y Coco Solo, y libros que se presentaron en Colombia y Argentina. Imprimimos libros en La Habana y ahora que todo se está calmando, esperamos hacer presentaciones y te mantengo al tanto.

Por ahora, trabajar con la editorial, y en un nuevo proyecto que está teniendo muy buena acogida, y del que no puedo hablar, pero sí decirte que es muy refrescante y es muy probable que estés comenzando a seguirlo, sin siquiera darte cuenta. Así de mala cabeza somos los Demóngeles. Siempre haciendo lo que nos gusta, y eso es lo mejor de todo.

Bela Lámar

Bela Lámar

(La Habana, 1990). Escritora a medio tiempo. Ha escrito varios artículos sobre libertad de expresión. Lee, a los pies de las iglesias, el nombre de los presos. Vende rosarios en la puerta de la Catedral de La Habana. A veces regala poemas. Le teme a las islas.

Email: textosdemartillo@gmail.com

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