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La Guillotina | Diálogo íntimo con el señor ministro

"Un hombre que monta en guaguas y hace colas como cualquiera... Tengo que admitir que admiro su entrega al servicio público". 

Hombre sobre fondo de monedas.
Alejandro Gil, ministro de la ineficiencia. | Imagen: Árbol Invertido

Entra el último empresario. El ministro parece cansado, se pone de pie con un gemido y se estira antes de cambiarse otra vez la guayabera ensangrentada.

La orden para estudiar en profundidad la situación de cada una de las empresas del sistema estatal socialista que han proyectado pérdidas para este año está dada y el diligente viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, puso manos a la obra minutos después de concluir el último encuentro entre representantes del sistema empresarial y el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

En un rincón oscuro de la habitación, la directora de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) ha dejado de intentar desatarse de la silla y se esfuerza en escupir en silencio el resto de la saliva sanguinolenta que queda en su boca desdentada. Los labios tumefactos se lo dificultan.

─El propósito es concluir la evaluación antes de que acabe mayo, pero si podemos terminar con eso ya hoy por la tarde, mejor ─me explica con un guiño el viceprimer ministro, mientras quita con su mano cansada y un paño húmedo la sangre seca que se le ha pegado entre los pelos del pecho y hace un gesto de dolor cada vez que se arranca un vello sin querer.

Le sonrío empático.

La empresa estatal socialista corre el riesgo de quedar desacreditada.

─Los datos macroeconómicos expresan que estamos sobrecumpliendo las utilidades, sobrecumpliendo las ventas, que estamos cerca de los niveles previstos de exportaciones, que una buena parte de las empresas son rentables… ─me dice con una sonrisa cansada─. No me explico cómo es que cuatrocientas empresas están en pérdidas, y algunas planifican seguir así este año.

Se acerca a la directora de la ONEI, que acaba de desvanecerse, y la reanima de una bofetada. Camina hacia el tembloroso empresario y casi lo levanta de la silla a la que está esposado al tomarlo por el pelo para que lo mire a la cara. Y vuelve a dirigirse a mí:

─La empresa estatal socialista corre el riesgo de quedar desacreditada.

No olvido que me encuentro ante un ministro de pueblo. Un hombre que monta en guaguas y hace colas como cualquiera. Tengo que admitir que admiro su entrega al servicio público.

─¿De qué empresa eres director? ─pregunta el ministro al empresario esposado. Como no me dejan grabar la conversación, trato de tomar apuntes a toda velocidad, pero el empresario solo balbucea algo ininteligible entre lágrimas, sollozos y mocos, y no me queda otro remedio que dejar un espacio en blanco en el renglón, por si en algún momento vuelve a repetirlo con más claridad.

La directora de la ONEI se ha calmado totalmente. Ya no respira agitada como hace unos segundos ni intenta escupir. De hecho, ya ni siquiera parece estar respirando.

El ministro se percata y hace señas a dos hombres que la guardan en una bolsa plástica y se la llevan.

Reconozco sorprendido al general de división Luis Alberto López-Calleja

─En el capitalismo las riquezas nacionales, por lo general, están en manos del uno por ciento de los ciudadanos. En cambio, en el socialismo ha sido posible reducir ese porcentaje ─comenta el ministro mientras comienza a arrancar las uñas del empresario con una pequeña pinza─. Planificar pérdidas es una estrategia que no puede continuar, porque el diseño que se ha hecho para el sistema estatal empresarial establece que el mismo tiene que ser rentable, eficiente, que tiene que operar con utilidades, con ganancias razonables, justas. La irrentabilidad ─agrega poniéndose el índice sobre los labios, para imponerle silencio al empresario─ se contrapone a las medidas que se han ido adoptando para este sector, para desatar las fuerzas productivas y avanzar en autonomía. Y para lograr esto, habrá que tomar un grupo de decisiones…

Las luces de la habitación redujeron lentamente su intensidad y un frío glacial invadió la estancia. La presencia oscura que se mantenía callada en un rincón atraviesa la zona iluminada y reconozco sorprendido al general de división Luis Alberto López-Calleja cuando detuvo la mano del militar que estaba a punto de abrir el cuello del empresario con un cuchillo.

─La empresa socialista cubana está obligada a demostrar que es tan o más eficiente que la capitalista ─musita el general con la mirada distraída─ y lo demostraremos. Aunque tengamos que dejar una sola empresa funcionando en todo el país. Vamos a probar a ver qué tal lo hace este…

Iósef Rodríguez (Иосиф Петровић)

Iósef Rodríguez

(Boecillo, España. 1983). Интеллигент и писатель. Член Коммунистической партии Испании и борец за безн адежные дела. Мечтаю о лучшем мире, весь день.

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