Pasar al contenido principal

Humor | Pongo los misiles... ¿y qué?

"¡Es un tipo encantador! Probablemente, desde Carlos Manuel de Céspedes Cuba no tuviera un presidente con tanta clase".

Seis rostros en varios colores de Miguel Díaz-Canel.
Seis versiones de Díaz-Canel. | Imagen: Árbol Invertido

No me atrevo a revisar el librero. Aunque estoy solo, puede haber cámaras. La pared que lo soporta está enchapada con listones de madera a los que se sujetan las estanterías, como si fuera una sola pieza, al igual que los closets para archivos y el imponente buró en forma de L repleto de papeles desordenados, junto a una computadora de escritorio y una impresora. Un área de trabajo que invita a alargar la jornada laboral con entusiasmo. A mi derecha, tres héroes de la Guerra de Independencia vestidos de negro lo observan todo a casi dos metros del suelo, uno de ellos es Martí, y parecen custodiar con su talante adusto una estantería repleta de suvenires, fotos familiares y otras chucherías. Detrás del sillón de trabajo, un Raúl Castro de cuatro pulgadas parece vigilarlo todo como un duendecillo astuto. A mi izquierda, casi a la altura de la última repisa del librero, Fidel me ofrece su cálida sonrisa desde un cuadro enmarcado con sobriedad. Más abajo, igual de felices, el presidente y su esposa se abrazan en un cuadro más pequeño con un marco más suntuoso.

Mis ojos tropiezan con la dura mirada de un Martí de yeso y soy incapaz de sostenérsela por mucho tiempo, así que, durante las casi seis horas de espera, me dedico a observar el techo. Un poco más extenso que el de una catedral pequeña.

A través de la brisa ártica que ventea desde el Split del despacho, llega a mi nariz un aroma ligero de mandarina y bergamota, con toques de canela. Reconozco el olor de Helmut Lang Cuiron Pour Le Baron, el carísimo aftershave que usan el barón Iván von Wolffersdorff y su hijo Ígor, fabricado para el uso exclusivo de ambos. Se abre una puerta a mi izquierda y aparece el presidente de la república. Viste unos jeans gastados, una camisa blanca de tela suave arremangada hasta los codos y luce un afeitado perfecto. Sus zapatillas Puma ni siquiera son nuevas. Tiene el aire de un sencillo hombre de negocios. Cualquiera podría confundirlo con el distraído dueño de alguna multinacional europea, pero ese brillo especial que adorna a los grandes hombres como un aura, lo señala como el líder de una nación que se encamina a la grandeza.

Me pongo de pie de un salto y trato de ocultar lo mejor que puedo la rasgadura de mi pulóver. Hago lo posible para que no note mi ojo amoratado y sonrío para disimular la hinchazón de mi labio inferior.

El presidente se acerca a mí sonriente y alarga su mano en un saludo campechano. Estrecha la mía con energía y me invita a sentarme. Lo hago después de él, mientras froto mi muñeca lastimada. Parece un tipo encantador ¡Es un tipo encantador! Probablemente, desde Carlos Manuel de Céspedes Cuba no tuviera un presidente con tanta clase. No me explico la animadversión de algunos ciudadanos hacia él.

Mueve disimuladamente el Rolex en su mano izquierda y capto el mensaje. ¡Qué tacto el de este hombre! ¡Cuánta sutileza!

Иосиф Петровић: ¿Me permite grabar la entrevista, señor presidente?

Diaz-Canel: ¡Claro!, pero llámame Miguel… ¿Puedo llamarte Иосиф?

ИП: ¡Vaya!, usted es el primer entrevistado cubano que consigue pronunciar mi nombre correctamente.

DC: Estudié en la Unión Soviética. Pero tutéame, mi hermano. Estamos en confianza, ¿no?

ИП: Sí, en confianza. Miguel, aunque el gobierno cubano no se ha pronunciado al respecto, supongo que estás al tanto de la situación en la frontera de Ucrania y Rusia y la tensión entre Moscú y Washington…

DC: Llámame Migue.

ИП: Migue…

DC: ¿Qué te pasó en la cara?

ИП: Quizá fue un mal entendido, pero los militares que fueron a recogerme a mi alojamiento me dieron una golpiza, casi me rompen una mano e insistieron en cubrirme la cabeza antes de poner en marcha el auto.

DC: A ver, disculpa, no me estoy riendo de ti… Déjame tomar un poco de agua que me ahogo… ¡Es que es gracioso…! Disculpa. A lo mejor no lo encuentras tan simpático, pero los muchachos se aburren de estar todo el día cuidando mi casa y a veces se les va la mano bromeando. No te molesta que me haya reído, ¿verdad?

ИП: ¡Claro que no! Si yo también me riera, pero me duele aquí, en las costillas.

DC: Y no te preocupes que eso no se va a repetir cuando te vayas. Te voy a dar dinero para que cojas una guagua.

ИП: Gracias… Migue… No sé si el presidente Putin…

DC: ¡¡¡Licy, dale pa'llá!!! ¡Ponte ropa…! Discúlpame otra vez, compadre. Tú debes saber cómo es esto. Uno lleva ya muchos años de casado y la vida conyugal puede volverse aburrida. Si no le pones algo de picante a tu relación, el matrimonio cae en la monotonía y de ahí no hay quien lo saque… ¡¡¡Licy, dale pa'llá, te dije!!! ¡Este no es el muchacho que estábamos esperando! ¡¡¡Y vístete, coño!!!

ИП: Yo…

DC: A lo mejor no fue tan buena idea recibirte en mi residencia, pero bueno, así ves que soy un hombre de su casa como cualquiera. ¿Dónde nos quedamos?

ИП: Eh… a raíz del contrapunteo con la Casa Blanca, el vicecanciller ruso Serguei Riabkob ha sido bastante ambiguo en cuanto a la posibilidad de un despliegue militar en Cuba. Tal vez misiles de nuevo. Tiene algo que aclarar…

DC: No vamos a hablar de eso. ¿Queda claro?

ИП: Totalmente. ¿Le parce bien si conversamos sobre los juicios a los participantes en los hechos del once de julio del año…?

DC: Tengo intención de seguir fortaleciendo las relaciones con Rusia y e intensificar la coordinación en el marco de la asociación estratégica.

ИП: ¿No vamos a hablar de los lugares donde emplazarían los misiles? No entendí.

DC: Ni falta que te hace. Pero podemos tratar temas como nuestros logros en el campo de la biotecnología ─¡cinco vacunas!─, los bajos índices de infección por COVID-19 en el país, nuestros avances en aras de conseguir la necesaria soberanía alimentaria, el sensible progreso del sector turístico, el crecimiento del producto interno bruto previsto luego de la rectificación de la Tarea Ordenamiento…

ИП: Sí. Ahora que toca el tema, me viene algo a la cabeza: ¿Qué fue de todo el oro y la plata que recogió el gobierno cubano a finales de los ochenta? ¿Te acuerdas?

DC: Aún no hemos decidido el sitio exacto para el emplazamiento de todas las plataformas de lanzamiento, pero… ven, vamos al patio. ¿Conoces al mariscal Mochulski?

ИП: No me suena.

DC: El mariscal Serguei Mochulski fue el oficial que tuvo a cargo la asesoría técnica durante el traslado de los misiles balísticos de alcance medio R-12 y R-14, cuando la Operación Anádir. Allá por los sesenta. Tú no habías nacido.

ИП: Pero algo sé de eso. Fue la Crisis de los misiles, ¿no?

DC: La Crisis de Octubre.

ИП: Sí, eso.

DC: Por entonces Mochulski era solo un alférez de artillería en una base coheteril secreta en Kúbinka. ¡Un simple alférez! ¿Sabes qué grado tiene ahora aquel muchacho?

ИП: ¿Mariscal?

DC: ¿No es sorprendente?

ИП: Bueno, ya han pasado sesenta años. Suficientes, ¿no?

DC: Según el mariscal Mochulski, ese es un lugar excelente para situar dos o tres plataformas de lanzamiento de misiles hipersónicos Avangard, junto a la piscina. ¡Son de última generación, muchacho! ¿Escuchas el chapoteo del agua? Deben ser el mariscal y el grupo técnico montando la primera plataforma de lanzamiento. Ven, sigue por aquí, este es el patio… ¡¡¡Me cago…!!! ¿Qué hace mi mujer en cueros con el grupo técnico y el mariscal en la piscina?

Iósef Rodríguez (Иосиф Петровић)

Iósef Rodríguez

(Boecillo, España. 1983). Интеллигент и писатель. Член Коммунистической партии Испании и борец за безн адежные дела. Мечтаю о лучшем мире, весь день.

Comentarios:


Annelis (no verificado) | Dom, 06/02/2022 - 18:21

Y los misiles también para la primera dama??

Añadir nuevo comentario

Plain text

  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de correos electrónicos y páginas web se convierten en enlaces automáticamente.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.
CAPTCHA
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.
Este reto es para probar que no eres un robot. Por favor, ten en cuenta minúsculas y mayúsculas.