Decenas de masones irrumpieron en la sede de la Gran Logia en La Habana para impedir una asamblea convocada por Maykel Filema Duarte, quien se ha negado a dejar su cargo de Gran Maestro tras ser destituido en mayo por 209 logias, a pesar de la elección de Juan Alberto Kessel Linares como su sucesor.
El conflicto comenzó en 2024, cuando Maykel Filema asumió temporalmente el liderazgo de la masonería cubana tras la salida de Mario Urquía Carreño, implicado en un escándalo de corrupción. Sin embargo, en lugar de convocar elecciones, Filema afirmó que cumpliría un mandato de cuatro años, lo que generó una profunda división dentro de la institución.
Aunque Kessel Linares logró ganarse el apoyo de más de 120 logias, Filema suspendió a todas las logias opositoras, dejando a miles de masones fuera de la institución. Mientras tanto, el régimen cubano, a través del Ministerio de Justicia, ha seguido respaldando su liderazgo, intensificando la crisis y manteniendo un clima de tensión dentro de la masonería.