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Emigración y Exilio | Estudiar en España siendo cubano: requisitos, desafíos y testimonios

Testimonios de estudiantes revelan las dificultades burocráticas, económicas y sociales que marcan la experiencia de estudiar en España siendo cubano.

Pasaporte cubano con la inscripción “República de Cuba” junto a un visado español con sellos y formularios.
Pasaporte cubano junto a un visado español. | Imagen: Árbol Invertido (generada con IA)

Con becas inalcanzables para muchos, trámites prolongados y visados que a menudo son denegados, estudiar en España siendo cubano supone un esfuerzo que pocos jóvenes logran sostener.

El país ibérico siempre ha sido uno de los principales destinos de los cubanos a la hora de emigrar, aunque las burocracias —cubana y española— conviertan los procesos, ya de por sí complicados, en verdaderas odiseas.

Salir de Cuba para estudiar en la península no es un camino sencillo. Desentrañar los procesos de aplicación a másteres y becas se convierte en una obsesión tortuosa. Muchos estudiantes, luego de estar aceptados en un máster, ya sea con una beca o habiendo pagado la matrícula, son rechazados cuando se someten a la solicitud de visado en el Consulado en La Habana. Esto convierte en inútiles los trámites anteriores.

Fachada del Consulado de España en La Habana, edificio histórico con bandera española ondeando al atardecer.
Consulado de España en La Habana.

Todos los jóvenes que accedieron a ofrecer testimonios de sus experiencias lo hicieron a cambio de que sus identidades no fueran reveladas. A pesar de que ninguno de ellos se encuentra actualmente en Cuba, temen persecución u otras consecuencias para familiares y amigos aún residentes en la nación caribeña.

Según el Observatorio Permanente de Inmigración, hasta el 31 de marzo de 2025, hay 1.276 nacionales de la isla con autorización de estancia por estudios en territorio español. A esa cifra se suman 131 familiares que pudieron beneficiarse de dicho permiso. Si se tiene en cuenta que en el país residen alrededor de 223.532 cubanos, la cantidad de personas con visado de estudiantes representa apenas un 0,57 %, evidencia de lo complejo y costoso que resulta estudiar en España siendo cubano.

La academia como trampolín migratorio

Las plazas más codiciadas por los estudiantes de pregrado en Cuba son las de profesor universitario. Quizá en muchos casos se trate de verdadera vocación docente, pero por testimonios y vivencias familiares a lo largo de los últimos años, uno de los motivos principales es la ventaja a la hora de aplicar a programas de máster y doctorado en universidades extranjeras o de asistir a congresos internacionales. En esos casos los trámites son más expeditos, la universidad se encarga de todo y corre con los gastos.

No siempre el primer viaje fuera de Cuba es el definitivo cuando el objetivo es asentarse en otro país, o al menos ese fue el caso de un joven ingeniero pinareño, quien cuenta que gracias a una colaboración pudo ir por primera vez a España a una estancia de investigación. 

“Estuve unos cinco o seis meses y regresé a Cuba, y ya luego de eso apliqué a una beca para un contrato de investigación y aquí estoy. Ese fue el viaje definitivo. En mi caso, desde la primera estancia que hice ya estaba matriculado en un doctorado que comencé en remoto, un Doctorado en Matemáticas por la Universidad Politécnica de Valencia. Al llegar aquí el objetivo principal era continuar esos estudios. No lo he terminado, pero ya estoy en la recta final”. 

El doble reto: empleo y extranjería

Cuando no se cuenta con una beca, lo habitual es buscar alguna vía legal de sustento, aunque el estatus migratorio en muchos casos no permita trabajar. Sobre esto, el joven ingeniero explica: 

“En cuanto al proceso de inserción laboral, en mi primera estancia sí estuve trabajando a media jornada porque no era una beca, sino que tenía que costeármela yo de alguna manera. Entonces, media jornada de trabajo y media de investigación. Me pedí una especie de permiso para eso, para tener jornada parcial mientras estudiaba y sin problemas la obtuve. Por lo general, eso lo gestiona quien te contrata”. 

Persona organizando documentos y formularios con clips de colores sobre un escritorio.
Los trámites suelen implicar abundante documentación y procedimientos administrativos.

Regularizarse, incluso siendo estudiante o teniendo un contrato, desata complicaciones asociadas a los trámites, por la ineficiencia de las instituciones, por la cantidad de migrantes que se encuentran en esa situación. En las zonas más cosmopolitas la demora es aún mayor. 

“Sobre los papeles, en Valencia es complicado sobre todo el tema de las renovaciones. Los trámites de extranjería suelen ser bastante lentos y las citas muy difíciles de conseguir. Es un poco caótico en ese sentido. También me pasó, por un cambio de contrato, que me quedé en una especie de limbo, sin estar ni legal ni ilegal. Por parte de la universidad sí tuve mucho apoyo: me explicaron y me ayudaron a organizar todo de nuevo para poder firmar el contrato. Pero la burocracia suele ser bastante compleja”.

Otras rutas de acceso: posgrados y programas de cooperación

Ligeramente diferente es el caso de otra pinareña, licenciada en Estudios Socioculturales y con un Máster en Estudios Antropológicos. Ella salió de Cuba con un visado Schengen para participar en un evento en Italia, tras lo cual decidió instalarse en España y no regresar a Cuba. 

“Una vez asentada en Valencia valoré la posibilidad de hacer un doctorado, pero el área que me interesaba requería tener el máster, por lo que me matriculé en el Máster en Gestión de Proyectos y Procesos de Cooperación Internacional en la Universidad Politécnica de Valencia”, cuenta. No obstante, no fue hasta un año después de su llegada a lo que sería su nuevo lugar de residencia cuando consiguió retomar sus estudios.

La joven destaca que en comparación con lo vivido por otros cubanos, su proceso migratorio no ha sido tan traumático.

“He sido bastante privilegiada, primero, por poder hacer ese máster, que al final fue una inversión porque me lo tuve que costear, y luego una vez graduada, la fortuna de que me contrataran tan rápido, porque no hacía ni un año que yo estaba graduada. Pero sí es verdad que valoraron mucho mi formación precedente, o sea, todas las experiencias que yo había tenido trabajando en Cuba”. 

De igual manera reconoce el reto que significó para ella insertarse en un mercado laboral completamente distinto a su experiencia precedente. 

“Yo creo que ahí siempre se produce un choque que es bastante complejo en el sentido de que al llegar a un lugar que es nuevo y que es diferente a tu cultura, a tus modos de hacer las cosas, pues uno carga con ese síndrome del impostor, de querer hacerlo todo, no bien, sino súper bien; te parece que tienes que estar demostrando todo el tiempo lo valiosa que eres y todas las habilidades que tienes. En mi caso, por ejemplo, que estoy trabajando en una ONG, en cooperación internacional y específicamente en educación, no traía una formación inicial en esto; por tanto, me ha tocado prepararme muchísimo para poder sentirme más segura y mejor”.

Estudiante joven con libros en la mano frente a un edificio histórico en España, junto a una bandera española.
Joven estudiante frente a un edificio en España.

Algunos logran estudiar en España fuera de la academia tradicional, en alternativas poco reconocidas dentro de la isla. Una joven habanera, graduada en Cocina y Gastronomía por el Proyecto de Desarrollo Local (PDL) La Moneda Cubana, gracias a las relaciones de este con la asociación española Mirando hacia el Futuro, logró estudiar Gestión de Venta y Marketing en la Industria de los Vinos en uno de los campus de la Universidad de León.”

PDL La Moneda es un proyecto dedicado a la formación gastronómica de jóvenes, a quienes otorga un título de técnico universitario. En redes sociales y en la prensa oficialista, La Moneda se presenta como “una oportunidad de reinserción social y crecimiento personal”, con el objetivo de “rescatar a jóvenes desvinculados del estudio y el trabajo, muchos de ellos residentes en barrios vulnerables de la ciudad y otros con conductas de riesgo, ofreciéndoles una formación integral y oficios”. 

Sin embargo, cuando surgen programas de cooperación que permiten a sus estudiantes salir del país, la realidad es distinta. Según una joven graduada: “La Asociación contactó con La Moneda, y esta, a su vez, con sus ‘mejores’ graduados. Pongo comillas porque si no tenías dinero estabas embarcado”, aclara.

“La Asociación cubrió 15 días de alojamiento y un mes de comida. A efectos legales no sé cómo es, pero la realidad es esa. Los primeros meses, los gastos fueron con el dinero que traje y ya luego comencé a trabajar”, explica. Si bien es una alternativa laboral viable para estudiar en España siendo cubano, no todos los jóvenes pueden permitirse emigrar en esas condiciones, ya que exige un gasto inicial para afrontar la primera etapa de la estancia.

El déficit de información y las redes de apoyo

La falta de información en Cuba respecto a vías para estudiar fuera es más que evidente. En las universidades, donde estos temas deberían tratarse, apenas se mencionan; solo se conocen a través de algún contacto o alguien que lo haya hecho anteriormente. 

Varios medios independientes han publicado guías para aplicar a becas y pasos para obtener visado de estudiante; no obstante, a veces no es suficiente. Hay casos muy diferentes: cada universidad, cada máster y cada beca son muy distintos entre sí. La información en páginas web es ambigua y los correos o contactos para responder dudas –cuando responden– no resultan del todo eficientes.

Como una posible solución a la escasez de información, surgió en redes sociales la comunidad El Becario Cubano. Su objetivo es crear una red de estudiantes y profesionales cubanos por todo el mundo, además de recoger y visibilizar oportunidades académicas y laborales, aclarar dudas y ofrecer orientación a los aspirantes a partir de las experiencias de quienes ya han transitado caminos similares.

Esta comunidad es más activa en Telegram. Además de un canal donde publican opciones de estudio y empleo, poseen un chat en el que los usuarios realizan y responden preguntas entre sí. Numerosos participantes se quejan de lo difícil que resulta emigrar de esa manera; muchos escriben que lo han intentado en años anteriores y aún siguen en Cuba.

Algo similar ocurre con una joven habanera que aspira a estudiar algún máster en Estudios de Género.

“Desde que comencé a investigar acerca de los másteres y becas en España, las posibilidades, al menos para mí, fueron disminuyendo. Por una parte, está el promedio que España insiste en reducir a través del cálculo de un ‘equivalente’, y eso me impide optar por becas de excelencia, que suelen ser las que más ayudas ofrecen. Por otra parte, está la cantidad extrema de dinero que se requiere en cualquier trámite. No se trata solo del precio de la visa, sino de que posiblemente tengas además que pagarle a una persona para que te consiga una cita. El consulado exige unos diez mil euros al solicitar un visado de estudios para un máster de un año”.

Otra cubana residente en La Habana expone que tener pasaporte español, como es su caso, no siempre juega a favor cuando se trata de becas:

“Las becas de la Fundación Carolina, famosas por ser bastante completas y por abarcar diferentes campos, aunque admiten a ciudadanos españoles –siempre que estos sean también latinoamericanos–, exigen volver al país de origen al finalizar el programa y pagar buena parte de la matrícula del máster. Otras becas muy buenas, como algunas ofrecidas por la AUIP (Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado), directamente no admiten a españoles, aunque estos hayan nacido y estudiado en Latinoamérica”.

También explica que una posible ventaja en su condición de doble ciudadanía son las ayudas otorgadas por ministerios y universidades españoles, pero en ocasiones exigen residir en España, lo cual descarta la posibilidad de emplear dicha vía para salir del país y concluye: “Ser 'cubañol' no es en sí una ventaja a la hora de continuar los estudios en el extranjero, mucho menos si lo que se desea conseguir es una salida fácil, rápida y definitiva de Cuba”.

Los testimonios de estos cubanos comparten un mismo trasfondo: el deseo de construir un futuro fuera de la isla a partir del estudio y la dedicación. Un camino que, en muchos casos, exige más que méritos académicos: requiere recursos, contactos y hasta algún golpe de suerte.


Requisitos y procedimiento para estudiar en España siendo cubano

Para poder cursar estudios en España, los ciudadanos cubanos deben cumplir con una serie de requisitos y trámites:

  • Admisión en un centro de estudios: contar con una carta de aceptación de una universidad o institución educativa española.
  • Acreditación académica: en algunos casos puede requerirse homologar o convalidar títulos, aunque para másteres y doctorados suele bastar con que la universidad los acepte.
  • Seguro médico: disponer de una póliza que cubra toda la estancia en España, sin copagos.
  • Recursos económicos suficientes: demostrar solvencia para cubrir matrícula, manutención y alojamiento. La cifra exacta varía según la normativa vigente, pero suele rondar el equivalente a más de 8 000–10 000 euros para un curso académico.
  • Visado de estudios: se gestiona en el Consulado General de España en La Habana. Requiere pasaporte válido, certificado de antecedentes penales, certificado médico y la carta de admisión, entre otros documentos.

El procedimiento se inicia en Cuba con la solicitud de visado en el consulado. Una vez aprobado, se concede la autorización de estancia por estudios, que normalmente se renueva cada año si se mantienen los requisitos académicos y económicos. 

Los requisitos y procedimientos pueden variar, por lo que conviene revisar siempre las fuentes oficiales: la página del Consulado General de España en La Habana y el portal del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

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Thalia Guerra Carmenate

Thalia Guerra Carmenate

(Pinar del Río, Cuba, 2001) Licenciada en Letras por la Universidad de La Habana. Ha publicado textos sobre cine y literatura en La Jeringa, el blog de cine Los Experimentos, Cine Cubano, Alas Tensas y la página web de la editorial Gente Nueva. Ha trabajado en la Cinemateca de Cuba.

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