La terminal de trenes de Morón, una de las dos más grandes de su tipo en Cuba, se derrumba a paso acelerado tras la paralización de las obras de restauración iniciadas a finales de 2024 con el desmonte de la cubierta. El falso techo y el emblemático vitral permanecen expuestos a las lluvias, acumulando deterioro mientras esperan la prometida intervención de las autoridades.
Obras paralizadas y promesas incumplidas
Olga Gener Pérez, directora provincial de Transporte en Ciego de Ávila, declaró al medio oficialista Invasor que el Fondo para el Desarrollo del Ministerio de Transporte financia estas acciones, con más de 60 millones de pesos aprobados para la primera etapa, destinada a la reparación integral de la cubierta. La Empresa de Restauración de Camagüey y la mipyme Construcciones Cris-OVI estarían a cargo de los trabajos. Sin embargo, hasta la fecha no se observan avances.
La terminal no solo necesita una nueva cubierta: requiere también reparar redes hidráulicas, sanitarias y eléctricas, así como las paredes agrietadas. Según la funcionaria, por la solidez estructural, las paredes solo demandarían intervenciones menores.
“Estamos enamorados de la obra y constantemente insistimos en que la edificación no puede perder sus valores patrimoniales”, aseguró Gener Pérez.
El deterioro avanza
Un vecino, que prefirió mantenerse en el anonimato, cuestiona esas declaraciones:
“Aquí todo se quedó a medias. Nadie sabe cuándo volverán a trabajar. El polvo, los murciélagos y la humedad están acabando con lo que queda”.
La directora explicó que la antigua madera de la cubierta no puede reutilizarse por su deterioro y que es necesario importar una nueva con características específicas. También indicó que se destinarán 15 millones de pesos adicionales para restaurar el gran vitral que distingue a la terminal, con la participación de artistas plásticos camagüeyanos.
Materiales que no llegan
Trabajadores de la obra aseguran que ni siquiera se han entregado los materiales para culminar la cubierta y dudan que lleguen recursos para elementos no contemplados en el plan original. Aun así, Gener Pérez insiste en que ese financiamiento estará disponible “una vez terminada la cubierta”.
Sin fecha confirmada para retomar las labores, la funcionaria mencionó que se espera intervenir los andenes y portales en 2026.
Un símbolo en riesgo
El tiempo se agota para una terminal que representa identidad local y orgullo ferroviario. Los vecinos temen que, si no se actúa con urgencia, el inmueble corra la misma suerte que otras edificaciones emblemáticas de Morón, como la fábrica de panqué, la de conservas o el hotel Perla del Norte, hoy convertidas en ruinas que solo alimentan la nostalgia.
Este panorama contrasta con las millonarias inversiones estatales en el sector turístico, especialmente en Cayo Coco y Cayo Guillermo, donde siguen levantándose hoteles de alto estándar. Para algunos residentes, esta contradicción refleja una política que privilegia la imagen exterior del país mientras deja a la “Cuba real” sumida en el abandono.
Regresar al inicio