Nacida el 21 de octubre de 1925 en La Habana, Cuba, Celia Cruz se consolidó como una de las figuras más representativas de la música latina. Con su imponente voz y su carismática presencia en el escenario, marcó un antes y un después en la historia de la salsa, dejando una huella indeleble en generaciones de artistas.
Celia no solo fue admirada por su talento, sino también por convertirse en un símbolo de la cultura cubana en el exilio, después de que el régimen de Fidel Castro la censurara por no alinearse políticamente con el gobierno. En 1960, mientras realizaba una gira en México, el gobierno cubano le prohibió regresar, forzándola a exiliarse definitivamente.
A pesar de esta restricción, Celia Cruz continuó su carrera, llevando su música como estandarte de libertad y resistencia. Aunque nunca pudo regresar a Cuba, su legado sigue vivo, y su emblemático grito de "¡Azúcar!" se convirtió en un símbolo de la lucha por la justicia y la identidad cubana. El régimen cubano intentó silenciarla, pero jamás pudo borrar el impacto de Celia, cuyo legado sigue siendo parte fundamental de la cultura cubana y de la música latina.