EN EL ANTIGUO BARRIO DE PUTAS
Deben de estar secando sus cabellos al sol
las putas de antes que continúen vivas.
Alrededor del cuello una toalla húmeda,
algunos pétalos en el cubo de agua,
sus cabezas de reina vencida mirando un gorrión.
El gorrión busca semillas de arroz regadas en el suelo.
Qué capricho de pájaro no tendrá la memoria
que salva un grano y una noche y un hombre
de tantos hombres y noches como fueron.
Con amarillas uñas de ave las mujeres
abren mechones para que el sol llegue hasta el cráneo.
Las putas de antes qué tristeza cómo preparan a esta hora
su arroz, su huevo frito, su plátano maduro en la manteca.
En el antiguo barrio de las putas sobrecoge el cansancio.
Lo que procuran despertar tantos libros, tantos retratos de familia,
algo nombrable con espesor, hondura, y que la vida humana tiene,
se encuentra aquí.
Cansancio de ver fotos con cabezas agrupadas:
celebraciones, ritos, condenas, multitudes, vagones atestados.
En el barrio de los gestos repetidos el aire lleva tantas capas
como un pastel de hojaldre.
Las superposiciones, el hacinamiento
de una generación sobre las anteriores,
el humus de los hombres, se siente como un peso.
Puede hablarse como en ningún otro lugar de lo hondo del pasado.
Claves de lectura
“En el antiguo barrio de putas” se publicó en el libro Asiento en las ruinas (Letras Cubanas, La Habana, 1997; Editorial Renacimiento, Sevilla, 2005).
Daniel Balderston: "la superposición del pasado, de los innumerables pasados"
El leitmotiv aquí es el mismo que en su novela Contrabando de sombras: la superposición no solo de los habitantes de la ciudad —hacinados en barbacoas y azoteas— sino también la superposición del pasado, de los innumerables pasados. ¿Por qué será especialmente hondo el pasado del antiguo barrio de las putas? No solo por los "gestos repetidos" del antiguo comercio carnal, sino también por el corte temporal que hicieron las campañas de limpieza de la Revolución, que interrumpió ese comercio por un tiempo, aunque haya florecido nuevamente en otros barrios, en otros espacios.
Daniel Balderston: Arquitrave, año V, no. 30, abril de 2007.
Javier L. Mora: "Se está instaurando un tipo de figura escritural en la poesía cubana"
Cuando el poeta Antonio José Ponte, en Asiento en las ruinas (1997), escribe que "en el barrio de los gestos repetidos el aire lleva tantas capas / como un pastel de hojaldre", en un poema titulado "En el antiguo barrio de las putas", sitio en el que "puede hablarse como en ningún otro lugar de lo hondo del pasado", se está instaurando un tipo de figura escritural en la poesía cubana, desde el yo poemático del texto, semejante al flâneur-detective que —diría aquí el Humboldt de Sobre las leyes del desarrollo de las fuerzas humanas (1791)— se expresa desde el éxtasis "del sentimiento melancólico y sin embargo dulce de que hace tiempo floreció (y ahora ya no existe) una excelencia de una belleza elevada y dichosa".
Javier L. Mora: “Relativos IV (notas sobre literatura cubana)”, Rialta, marzo 31, 2023.
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