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Poesía cubana

“Yugo y estrella” es uno de los poemas más inspiradores de José Martí, reflejo tanto de su sensibilidad poética como de su proyección ética e intelectual.

En estos poemas, Reinaldo Soto dialoga con la nostalgia, el desarraigo y el olvido, mientras busca huellas de identidad en un mundo que apenas reconoce.

“Revelaciones atado al mástil” es uno de los más singulares cuadernos de poesía de Francis Sánchez, un libro cuya fuerza abre puertas y empuja paredes.

“Dijiste hambre, oscuridad, anciano y sueño; / arroz, tristeza, libertad y patria / (qué palabras tremendas libertad y patria)...”

“La luz llenó el crucifijo / con una herida sangrada, / y cuando la llamarada / bajó de su corazón, / brilló un agua de perdón / en la celeste mirada.”

"Yo vine a construir, a dar aliento sin tenerlo, / y no importa que trueques o amordaces la luz de tu horizonte..."

“Humanidad”, de Delfín Prats, se ha convertido en uno de los poemas más leídos y glosados en la literatura cubana de la segunda mitad del siglo XX.

Como Pasternak, Heberto Padilla vio el peligro de que en tiempos de crisis el poeta pueda ser reducido a la condición de “hombre al margen”.

Con su poema “En el antiguo barrio de las putas”, Antonio José Ponte instaura un tipo de figura escritural en la poesía cubana.

"En 1989, Norge Espinosa publica uno de esos poemas que marcan para siempre a un escritor: 'Vestido de novia'.”

"La poética de la muerte es omnipresente en toda su poesía. Pero si hubiera que poner un ejemplo, este podría ser 'Muerte de un payaso'."

Los versos de Onel Pérez Izaguirre avanzan y cortan, llevan el impulso de los olvidados, la belleza que brota del dolor y la desesperanza como un castigo.

“A los campos, corred, cañeros, nadie con seso, carnaval / a las porras, factores, corred, nadie sin repudiar, desfilando.”