El ave más pequeña, endémica de Cuba, con apenas 6 centímetros de longitud y un peso de menos de 2 gramos, es el zunzuncito (Mellisuga helenae).
Este diminuto colibrí no solo es una joya de la biodiversidad caribeña, sino también una pieza clave en los ecosistemas donde habita. A pesar de su tamaño, cumple un rol vital: es un polinizador esencial para muchas plantas nativas que dependen de su visita para reproducirse.
Así, esta pequeña ave constribuye activamente al equilibrio ecológico y al bienestar de los bosques tropicales. Dicen que ver uno es señal de buena suerte.