Un avión C-130 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobrevoló el huracán Melissa para recopilar datos críticos sobre su estructura. Las imágenes captadas durante el vuelo muestran cómo la aeronave atraviesa la pared del ciclón de categoría 5 y penetra en su ojo, revelando el contraste sobrecogedor entre el caos exterior y la calma aparente del centro de la tormenta más poderosa del Atlántico en 2025.
El 53º Escuadrón de Reconocimiento Meteorológico, conocido como "Cazadores de Huracanes" de la Reserva de la Fuerza Aérea, realizó la peligrosa misión este lunes 27 de octubre de 2025 para obtener mediciones precisas del fenómeno que ocasiona daños catastróficos en el área del Caribe. En las imágenes se aprecia el denominado "efecto estadio", donde las nubes forman una estructura alta y simétrica. Los videos muestran cómo el avión atraviesa la violenta pared de nubes, con ráfagas de más de 320 km/h, para luego ingresar a una zona de calma casi total.
Desde esa zona se observa un cielo despejado sobre la aeronave y una estructura circular de nubes, en que la luz del sol penetra brevemente antes de que la tormenta vuelva a cerrarse. El contraste resulta hipnótico: cielos azules y silencio en medio de un sistema que genera vientos sostenidos de 280 km/h.
La tripulación midió un viento máximo a nivel de vuelo de 154 nudos (285 km/h) y una presión central de 917 milibares. Los datos recogidos revelaron una presión central de apenas 900 hectopascales, una cifra que lo sitúa entre los más intensos del siglo. El ojo del huracán tiene 10 millas náuticas (18,5 kilómetros) de ancho con una temperatura de 20 grados Celsius, mientras que la convección circundante tiene temperaturas superiores de nubes tan frías como menos 86 grados Celsius. Esta diferencia térmica extrema es característica de los huracanes más intensos registrados.
Cuando el avión salió del centro del sistema, la pared de viento volvió con una violencia que hizo temblar la estructura metálica de la nave. Desafiando la furia de la naturaleza, el escuadrón realizó una audaz travesía hacia el ojo del ciclón de categoría 5 para recopilar datos para el Centro Nacional de Huracanes. Cuando el huracán Melissa alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, se transformó en el fenómeno climático más violento del Atlántico en 2025.