La Otra Actualidad | En condiciones deplorables: así lucen las escuelas de deporte en Cuba

La red de escuelas de deporte en Cuba, concebida como cantera de campeones olímpicos y símbolo de la Revolución, atraviesa hoy un deterioro profundo. La situación de la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) Marina Samuel Noble, en Ciego de Ávila, es un ejemplo claro: filtraciones persistentes, tabloncillos inutilizables y dormitorios clausurados conviven con el discurso oficial de excelencia. Mientras tanto, el Estado continúa destinando recursos a la expansión hotelera, dejando en un segundo plano al sistema de formación deportiva.

Declive de las escuelas de deporte en Cuba

El estado crítico de muchas escuelas de deporte en Cuba responde a un conjunto de problemas acumulados durante años. Uno de los más visibles es la falta de un mantenimiento constante. Las reparaciones suelen relacionarse con momentos puntuales —como el inicio del curso o visitas gubernamentales— y no forman parte de un programa estable que garantice la conservación de los edificios.

También contribuyen al deterioro las intervenciones parciales o mal ejecutadas. Hay escuelas con dormitorios clausurados durante años, baños demolidos sin reconstrucción posterior y zonas deportivas que permanecen “en proceso” indefinidamente. La prensa oficial del régimen reconoce la “mala situación constructiva” de los centros y la necesidad de asegurar una “continuidad constructiva”, lo que implica que las soluciones previas nunca resolvieron el problema de fondo.

La escasez y la baja calidad de los materiales son otro factor determinante. Aunque autoridades provinciales alegan falta de recursos para justificar la lentitud de las obras, lo cierto es que esta carencia contrasta con la disponibilidad de insumos para sectores priorizados como la construcción de hoteles, parques solares o infraestructuras asociadas al turismo. Esta diferencia evidencia una jerarquía de prioridades que no favorece al deporte escolar.

Prioridad estatal: el turismo por encima del deporte

El deterioro de la infraestructura deportiva no puede separarse de las decisiones económicas del Estado. La inversión pública dedicada al turismo y la construcción hotelera se ha mantenido en niveles muy altos durante la última década, mientras que los recursos destinados a cultura y deporte resultan mínimos. 

En términos porcentuales, el turismo absorbe un volumen de inversión varias veces superior al que reciben salud y educación en conjunto. Esta apuesta estructural explica por qué los centros formativos —incluidas las escuelas deportivas en Cuba— se degradan lentamente mientras avanzan proyectos hoteleros de gran escala.

Impacto humano, social y deportivo

El deterioro de las escuelas de deporte en la isla tiene consecuencias directas en los atletas. Cuando un tabloncillo se inunda por filtraciones, los entrenamientos se suspenden o se trasladan a espacios improvisados que no cumplen requisitos técnicos. Esta situación limita la carga física, afecta el trabajo táctico y condiciona el rendimiento en deportes como voleibol, baloncesto o fútbol sala.

Las malas condiciones materiales también aumentan el riesgo de lesiones. Superficies resbaladizas, techos que gotean, estructuras dañadas o aparatos deteriorados generan un entorno inseguro para adolescentes que deberían entrenar con garantías. Investigaciones cubanas sobre pedagogía deportiva advierten que estos factores comprometen el proceso de enseñanza y la progresión física adecuada.

A ello se suma la desmotivación que provoca la vida en becas deterioradas. Problemas de infraestructura, carencias de agua o electricidad y un ambiente de precariedad constante afectan el ánimo de los estudiantes y sus familias.

El éxodo de jóvenes talentos es una consecuencia añadida. En competencias recientes, numerosos deportistas cubanos han representado a otros países, impulsados por la falta de condiciones, de apoyo y de perspectivas profesionales dentro de la isla. Para muchos, emigrar es la única vía para acceder a instalaciones adecuadas, recursos básicos y posibilidades reales de crecimiento deportivo.

Finalmente, la desigualdad territorial acentúa el problema. Mientras centros de alto rendimiento en La Habana reciben más atención, muchas EIDE provinciales —como la de Ciego de Ávila— acumulan décadas de abandono. Esta brecha refuerza la idea de que el acceso a un entorno deportivo digno depende más del lugar de residencia que del potencial individual.

Rendimiento internacional en retroceso

El deterioro de la base formativa se refleja ya en los resultados internacionales. En los años noventa, Cuba llegó a ubicarse entre las primeras potencias olímpicas, con un quinto lugar histórico en Barcelona 1992. Ese desempeño fue posible gracias a una red nacional de escuelas deportivas que identificaba talentos desde edades tempranas y los acompañaba hasta el alto rendimiento.

Esa misma estructura —que formó a generaciones de atletas— permitió la aparición de figuras como Mijaín López, cinco veces campeón olímpico entre 2008 y 2024 y uno de los mejores luchadores grecorromanos de la historia. Su trayectoria simboliza lo que ese sistema fue capaz de producir cuando funcionaba con plenitud.

El presente, sin embargo, muestra otro panorama. La reducción de recursos, el deterioro crónico de las instalaciones, la emigración de entrenadores y la salida constante de jóvenes deportistas han debilitado el rendimiento del país en el mayor escenario competitivo. Los resultados de París 2024 lo dejan claro: Cuba terminó en el puesto 32 del medallero, su peor ubicación en más de medio siglo, con solo nueve preseas, muy lejos del estándar que llegó a sostener durante décadas.

Reacciones, denuncias y silencios oficiales

Las autoridades mantienen el discurso de que el deporte es un derecho del pueblo, pero las realidades materiales contradicen esa afirmación. En algunas visitas institucionales, se prometen reparaciones, mejoras o inversiones futuras. Sin embargo, los reportes locales muestran que muchos centros inician cada curso escolar con los mismos problemas del año anterior.

La prensa provincial, sobre todo en territorios como Ciego de Ávila, ha reflejado con cierta franqueza las dificultades constructivas de las EIDE. Medios independientes amplifican estas denuncias y ponen en evidencia el contraste entre la propaganda deportiva y las condiciones reales. Por su parte, las instituciones evitan explicar por qué la inversión turística continúa creciendo mientras las escuelas deportivas llevan años en ruinas.

Preguntas frecuentes

¿Cómo se organiza la red de escuelas de deporte en Cuba?
La red de escuelas deportivas en Cuba se organiza como un sistema escalonado de educación deportiva bajo el INDER (Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación). Según la caracterización oficial, el sistema cuenta con 34 escuelas: 16 Escuelas de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE), 2 Escuelas Superiores de Formación de Atletas de Alto Rendimiento (ESFAAR) y 16 Escuelas de Profesores de Educación Física (EPEF), que se articulan con el sistema general de enseñanza y con los centros de alto rendimiento. 

¿Qué son las EIDE y cuándo surgieron?
Las Escuelas de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) son centros especializados donde estudiantes en edad escolar combinan la enseñanza general con una formación deportiva intensiva, en régimen de beca, con alojamiento y entrenamiento estructurado. La primera EIDE se inaugura el 6 de octubre de 1977 en La Habana, bajo el nombre “Mártires de Barbados”, y a partir de ahí se extiende este modelo al resto del país. 

¿Qué función cumplen las EIDE dentro del sistema deportivo cubano?
Las EIDE funcionan como cantera y base principal de la formación de atletas: captan talentos desde edades tempranas, les ofrecen entrenamiento sistemático, atención médico-deportiva y continuidad escolar, y preparan a quienes destacan para su promoción a niveles superiores como las ESPA/ESFAAR y los centros nacionales de alto rendimiento. Su objetivo declarado es alimentar con atletas formados técnicamente a las selecciones provinciales y nacionales que compiten en eventos internacionales. 

¿Cuántas EIDE existen y en qué provincias se encuentran?
De acuerdo con el propio INDER, el sistema de educación deportiva de Cuba incluye 16 EIDE, integradas en un total de 34 escuelas deportivas estatales. La información disponible indica que hay al menos una EIDE en cada provincia y en el municipio especial Isla de la Juventud, aunque no existe un listado público oficial, actualizado y unificado que detalle los nombres de todas por territorio.

¿Cómo ha afectado el deterioro de las escuelas deportivas al rendimiento internacional de Cuba?
El deterioro de la infraestructura y la reducción de recursos en la base coinciden con un declive sostenido del rendimiento olímpico: tras el pico de Barcelona 1992, cuando Cuba obtiene 31 medallas y se sitúa entre las primeras potencias, el país desciende progresivamente hasta cerrar París 2024 con solo 9 medallas (2 oros) y el puesto 32 del medallero, el peor resultado en más de medio siglo. Este descenso se produce en paralelo a la crisis de las escuelas deportivas, la emigración de entrenadores y atletas y la pérdida de capacidad para renovar generaciones de alto nivel.

Desempeño de Cuba en el medallero olímpico (1992–2024)