La crisis en Cuba sigue dejando testimonios estremecedores. Un trabajador denunció que, pese a cumplir con su labor durante los últimos cuatro meses, no ha recibido salario porque en el banco le aseguran que “no hay dinero” para pagarle.
“Gracias a Dios que tengo la cáscara de fongo”, dijo, usando el término popular en el oriente cubano para referirse a un tipo de plátano pequeño y de cáscara gruesa, también conocido como "plátano burro".
Esta historia refleja la agudización de la escasez y el deterioro del poder adquisitivo en Cuba, donde los impagos, la falta de efectivo y la inflación obligan a muchos a recurrir a recursos impensables para subsistir.