Las imágenes de niños de la calle en Cuba durmiendo sobre cartones frente al hotel de lujo Gran Muthu Habana, en la capital, han causado una profunda indignación dentro y fuera del país.
Las fotografías exponen una realidad que muchos prefieren ignorar: menores viviendo a la intemperie, sin amparo estatal y a pocos metros de un símbolo del turismo extranjero.
El hecho ha reavivado el debate sobre la aporofobia estructural en Cuba y la negación oficial de la pobreza. Pese a que el régimen insiste en que “en Cuba no hay mendigos” y no hay pobreza infantil, las imágenes desmienten ese relato y reflejan un país donde la desigualdad se profundiza.