Largas filas de coches policiales recorren los barrios en un ejercicio de disuasión, en un enorme alarde de gasto de combustible, luces y toques de sirenas.
Su voz, marcada por una sensibilidad crítica, un humor lúcido y una estética de lo cotidiano, deja una impronta en la tradición de la narrativa cubana.
En la provincia de Sancti Spíritus, un carro fúnebre dejó caer el ataúd en la vía pública, reflejo de la falta de garantías en los servicios esenciales.
Con apagones prolongados y un calor insoportable, familias cubanas duermen en las calles para soportar las condiciones extremas impuestas por el régimen.
Tres hermanos en el municipio de Maisí viven en una cueva, sin electricidad ni recursos básicos, enfrentando las duras realidades de la pobreza en Cuba.