Históricamente, en los diferentes escenarios de la diplomacia europea, el tema Cuba ha sido motivo de discrepancias y tensiones, causadas mundanamente por intereses, agendas determinadas y diferencias ideológicas que inciden en esos contextos en sintonía con las circunstancias, el impacto inevitable de la realidad cubana y la situación de los derechos humanos.
El propósito de este artículo consiste en sistematizar la evolución de la diplomacia europea en relación a Cuba, fundamentalmente a partir de la derogación de la denominada Posición Común existente desde mediados de los noventa hasta la firma del Acuerdo de Diálogo y Cooperación UE-Cuba de 2017, cuyo eje transversal hasta la actualidad ha sido la exigencia por parte de la Unión Europea (UE) al gobierno cubano que respete los derechos humanos.
El Acuerdo de Diálogo y Cooperación UE-Cuba
Resulta evidente que en los últimos años ha existido un deterioro en materia derechos humanos, sobre todo, a partir de acontecimientos como el estallido social del 11 de julio de 2021 en Cuba, con un aumento desproporcionado de la represión hacia diferentes sectores de la sociedad civil.
En ese referido escenario hay un punto de inflexión que se remonta a 2017, cuando se firmó el Acuerdo de Diálogo y Cooperación UE-Cuba, de carácter temporal, ratificado por 26 miembros. A partir de esa fecha la política de la UE hacia Cuba no solo sepultó la denominada Posición Común por el expresidente español José María Aznar en 1996, cuando el régimen cubano derribó la avioneta de Hermanos al Rescate, sino que tomó un rumbo diferente a la política exterior de EE.UU., en el contexto de la administración de Donald Trump, marcada por tensiones y retrocesos en comparación con el Deshielo iniciado por Obama en 2014, momento que coincide con la primera visita de la jefa de la diplomacia europea a la isla con enfoques diferentes a su antecesor Christian Leffler.
Recordemos que tras la llegada de Trump a la Casa Blanca se produjo el escándalo de los ataques sónicos hacia la embajada de EE.UU. en La Habana, conocido como Síndrome de La Habana, lo cual determinó su cierre temporal hasta su reapertura por la administración de Joe Biden.
Aunque las nuevas estrategias de la UE hacia Cuba han sido cuestionadas, y en ocasiones han prevalecido los intereses comerciales europeos en la isla, pues no olvidemos que la UE ha sido uno de los más importantes socios comerciales del gobierno cubano y durante décadas ha destinado millones de euros a proyectos e inversiones en Cuba, el tema de los derechos humanos nunca ha desaparecido de la agenda de la política europea, ha sido una exigencia sistemática.
Deterioro de los derechos humanos en Cuba
Las históricas protestas del 11 de julio de 2021 en Cuba, reprimidas brutalmente por el régimen, han sido un punto de inflexión para comprender el escenario presente y poder realizar evaluaciones en ese sentido. Cualquier diagnóstico de la realidad actual no puede prescindir de ese hecho crucial. Y como ese Acuerdo de Cooperación nunca tuvo carácter permanente, sino más bien se encontraba condicionado hacia la cuestión de los derechos humanos, resulta lógico que hoy el contexto sea muy diferente al de 2018, debido al evidente deterioro de los derechos humanos en Cuba, comparable a aquel período de 2003, durante la denominada Primavera Negra, cuando fueron encarcelados cientos de periodistas independientes y activistas de los derechos humanos por el régimen de Fidel Castro, incluyendo intelectuales como el poeta Raúl Rivero y actores de la sociedad civil como las Damas de Blanco, hecho condenado por la UE, el papa Juan Pablo II y ONGs como Human Rights Watch, Amnistía Internacional y Reporteros sin Fronteras.
Con la llegada al poder de Raúl Castro en el 2008, que coincidió con la segunda presidencia del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, se produjeron grandes avances y gestiones a través de los siguientes actores: por un lado la gestión humanitaria del cardenal Jaime Ortega, máximo representante de Iglesia Católica en Cuba, y por la parte española, el canciller Miguel Ángel Moratinos, que trajo como resultado el proceso de liberación de los encarcelados de 2003, quienes en su gran mayoría marcharon por voluntad propia al exilio en España, hecho que influyó decisivamente en el Deshielo entre ambas naciones, momento histórico donde se produjo el inesperado restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU., en noviembre de 2014, y la liberación de los tres espías cubanos encarcelados en EE.UU., canjeados por el contratista de la USAID Alan Gross, durante los mandatos de Raúl Castro y Barack Obama.
Volvamos al escenario actual, tras el estallido social del 11 de julio de 2021 en Cuba. Desde esa fecha hasta hoy el deterioro de los derechos humanos en Cuba ha sido una preocupación constante de la UE, ante la escalada de represión latente en la isla.
En ese sentido, las violaciones de los derechos humanos en Cuba han provocado un retroceso en el ámbito de las relaciones bilaterales UE-Cuba, pero el escenario no es monolítico y homogéneo porque continúan contraponiéndose diferentes posiciones: por un lado se encuentran aquellos eurodiputados de izquierda y socialistas parcializados con el régimen cubano, que solo ven el embargo de EE.UU. hacia Cuba como la causa principal de la crisis de derechos humanos que atraviesa la isla, cuando las verdaderas causas se encuentran en la ausencia de libertades civiles, la inexistencia de un estado de derecho y de una sociedad civil; en síntesis, la falta total de libertad de expresión y pluralismo político.
La posibilidad de anular el Acuerdo
La presión del bloque europeo ha causado grandes preocupaciones dentro de la cúpula política de Cuba, porque la UE y las 27 naciones democráticas que integran el bloque continúan siendo uno de los socios comerciales de Cuba, en una coyuntura marcada por la agudización de las sanciones de EE.UU. a la isla y la inclusión de Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo por parte del Departamento de Estado de EE.UU. Gracias a la existencia de ese Acuerdo del 2017, el régimen cubano ha obtenido cuantiosos beneficios financieros que son cruciales para su continuidad.
En ese escenario confrontracional, el Parlamento Europeo ha devenido como epicentro de un debate con profundas tensiones.
¿Cuáles son los actores más visibles que protagonizan la actual pugna en relación a la posibilidad de anular el Acuerdo de Diálogo y Cooperación entre la UE y Cuba, si los derechos humanos continúan siendo violentados y no se libera a los presos políticos del 11 de julio de 2021? Los eurodiputados socialistas, fundamentalmente españoles como Manu Pineda, que apoyan el régimen cubano, incluso suelen ser invitados reiteradamente a Cuba, reciben beneficios y prebendas del gobierno. Por otro lado, se encuentran los eurodiputados pertenecientes al Partido Vox, que presiden líderes como Santiago Abascal y la española cubana Rocío Monasterio, Hermann Tertsc, periodista que ha trabajado desde la década del ochenta para el diario El país, Leopoldo López Gil, político miembro del PP de origen venezolano, padre del actual opositor venezolano exiliado en Madrid, Leopoldo López, y Dita Charanzová, diplomática checa que desde 2019 es la Vicepresidenta del Parlamento Europeo, entre otras figuras.
Estas personalidades han logrado sensibilizar a la comunidad internacional y al Parlamento Europeo con el problema de los derechos humanos en Cuba, y gracias a su gestión se aprobó una resolución ―el 12 de julio de 2023, con 359 votos a favor, 226 en contra y 50 abstenciones, tras el debate celebrado en el pleno durante la jornada del 13 de junio― que exige a las autoridades cubanas poner fin a la represión y pide la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos, incluyendo que se respete su derecho a regresar o mantenerse en su país de origen.
Por otra parte, esos eurodiputados han cuestionado la visita del jefe de la diplomacia europea Josep Borrell a la isla en mayo del 2023, por considerar que tuvo el propósito de legitimar al régimen, hecho que ha sido negado por el diplomático quien considera que constituye un error regresar a las políticas de la Posición Común del pasado y anunció la futura visita a la isla del relator de los derechos humanos por la UE, Eamon Gilmore, prevista para noviembre del 2023. Resulta cuestionable que Joseph Borrell no se reuniera durante su visita con sectores de la sociedad civil independiente, lo que ha provocado muchas críticas en los medios de prensa internacionales y en diferentes sectores de la sociedad civil cubana.
Cuba ante la presión internacional
Hasta que llegamos al punto culminante de la recién finalizada III Cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y la Unión Europea, celebrada entre el 17 y el 18 de julio del 2023, donde los debates en torno a la situación de los derechos humanos en Cuba y la posibilidad de anular el histórico Acuerdo de Cooperación fueron intensos. En ese escenario también se condenó enérgicamente el apoyo del régimen cubano a la invasión rusa de Ucrania y la presencia del mandatario Díaz Canel fue muy cuestionada.
La intervención de la fundadora de la plataforma Cuba decide, Rosa María Payá, hija del desaparecido Owaldo Payá Sardinas, ex líder del Movimiento Cristiano de Liberación, como era de esperarse, generó muchas reacciones entre los eurodiputados y demás invitados. Su condena al régimen en estos foros suele ser contundente, e instó a ejercer mayor presión sobre el régimen para forzarlo a respetar la cláusula sobre derechos humanos contenida en el Acuerdo de Cooperación y Diálogo mencionado anteriormente.
El 15 de noviembre se produjo un hecho en ese sentido, pues el régimen cubano tuvo que rendir cuentas ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, Suiza, durante el examen periódico al que por cuarta vez fue sometido el régimen cubano. La primera vez fue en 2009, posteriormente en mayo de 2013 y después en mayo también de 2018. Desde esa fecha hasta la actualidad la situación de los derechos humanos en Cuba ha empeorado. Evidencias tangibles de ese panorama tan desfavorable son las 11 mil detenciones arbitrarias que desde 2018 se han producido en Cuba y 7 mil retenciones ilegales en sus hogares a activistas de derechos humanos y miembros de la sociedad civil, según reporta el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, entre otras acciones represivas por parte del estado cubano, incluyendo que continúan en prisión más de mil presos políticos y de conciencia. Se han reportado tratos crueles e inhumanos en las prisiones y torturas.
Entre los miembros de la sociedad civil cubana presentes en el evento se encontraban Carolina Barrero y Yaxis Cires; este último es el director de estrategia del mencionado Observatorio Cubano de Derechos Humanos, entre otras voces.
Como expresión del rechazo de la comunidad internacional más de 144 estados miembros del organismo le hicieron recomendaciones al régimen cubano y esgrimieron fuertes críticas ante el deterioro visible de los derechos humanos en la isla.
Y como se había anunciado anteriormente, el 24 de noviembre de 2023 se produjo la visita del Relator de los Derechos Humanos de la UE a Cuba, Eamon Gilmore, quien pudo dialogar con representantes del régimen al participar en las jornadas del IV Diálogo sobre Derechos Humanos, como parte del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación UE-Cuba, vigente desde el 2017, pero también con muchos miembros de la sociedad civil, incluyendo familiares de los presos políticos, pese a la represión de que fueron objeto dichos familiares por la Seguridad del Estado cubano con tal de impedir que sus voces fueran escuchadas.
Europa y la necesidad de una transición democrática en Cuba
La visita del diplomático europeo generó muchas polémicas al interior de la isla y fuera de ella, pero tuvo sus frutos, porque Gilmore reiteró la posición de la UE de exigir la liberación de los presos políticos en Cuba como requisito para la continuidad del referido Acuerdo.
Hasta llegar al momento actual, cuando más de 30 eurodiputados, entre los que se encontraban los citados Hermann Tertsc y Dita Charanzová, realizaron profundas exigencias al régimen cubano debido al deterioro alarmante de los derechos humanos en Cuba, exigiéndoles incluso realizar cambios democráticos en la isla.
En esta ocasión fueron más allá y solicitaron a la UE la implementación de sanciones para los responsables de la represión en Cuba, específicamente para la figura del mandatario Miguel Díaz-Canel, y le enviaron una carta a Joseph Borrell. En las referidas sesiones también participaron representantes de fuerzas políticas que abogan por cambios democráticos en la isla, como el Partido Popular Europeo, Renew Europe, y Conservadores y Reformistas Europeos, quienes alertaron sobre “el aumento de la violencia social y de la emigración por vías irregulares como escape ante la crítica situación socioeconómica cubana, marcada por un 88% de familias en la extrema pobreza, por la inflación, la falta de medicinas y el deterioro de los servicios públicos esenciales”.1
Según los eurodiputados, la situación actual de Cuba y el empeoramiento de los derechos humanos “son consecuencia de la crisis estructural y de la falta de voluntad política del régimen cubano para realizar los cambios que el país necesita, en lugar de las medidas como el reciente paquetazo, que implican sacrificios solamente para la población”.2
Los parlamentarios advirtieron al régimen cubano una vez más sobre la necesidad de promover una transición a la democracia en la isla, realizar elecciones libres y liberar los presos políticos como condición para la continuidad del histórico Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación UE-Cuba, vigente desde el 2017. Indudablemente, la presión internacional que enfrenta el régimen cubano por la situación en el país supera todas las etapas precedentes.
El hecho más reciente que evidencia el incremento de las tensiones entre la UE y Cuba ha sido la prohibición por parte del Parlamento Europeo de una visita de una delegación del Parlamento Cubano, como represalia a la negativa del régimen cubano en días pasados a que miembros del Parlamento Europeo visitaran la isla.
Mirar con esperanza al futuro
El camino es largo y el régimen cubano ha experimentado una presión diplomática sin precedentes en el seno de la UE, que no puede ser subestimada en la histórica lucha por alcanzar los anhelados cambios democráticos en Cuba, pero aún la diversidad de posiciones e intereses comerciales será un obstáculo para lograr la definitiva transición política.
No desearía concluir estas páginas sin hacer mención a un documental que posee una vigencia extraordinaria en estos tiempos, me refiero a Nadie escuchaba. Rodado a fines de los ochenta por los realizadores cubanos del exilio Jorge Ulla y Orlando Jiménez Leal, es un desgarrador testimonio de los presos políticos en Cuba en un contexto crucial, cuando una Comisión de los Derechos Humanos de la ONU inspeccionó la isla, luego de décadas en las que la comunidad internacional parecía ignorar las voces de la sociedad civil cubana independiente. Pero en la Cuba de 2024 son pocas las personas en Europa que continúan ignorando, por diferentes razones, la triste realidad del pueblo cubano, y ese despertar será un paso definitivo para la anhelada democratización de la isla.
Europa ve a Cuba y se ha sensibilizado con su dolor. Hoy miramos con esperanza al futuro, cuando evoco las proféticas palabras del desaparecido Oswaldo Payá: “La noche no será eterna”.
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1 Michel Suárez: “La Eurocámara condena nuevamente la represión en Cuba y pide sanciones contra Díaz-Canel”, en: https://diariodecuba.com/cuba/1709215099_53202.html.
2 Ídem.