En una carta titulada "No a la represión contra universitarios cubanos", publicada en la plataforma Change.org, un grupo de intelectuales, académicos y artistas cubanos manifiestan su apoyo a los estudiantes universitarios que lideran una de las acciones cívicas más relevantes de los últimos años en el país. La iniciativa surge como reacción al reciente aumento de tarifas impuesto por ETECSA, empresa estatal que exige pagos en dólares para acceder a servicios de internet y telefonía móvil. Como respuesta, los estudiantes han convocado un paro académico que ha recibido amplio respaldo en distintos sectores del país.
La carta, firmada por más de 165 integrantes de la sociedad civil cubana, advierte que las nuevas tarifas agravan las desigualdades económicas y de acceso a la tecnología, afectando especialmente a quienes no cuentan con familiares en el extranjero que puedan enviar recargas. El documento señala: “Lejos de aliviar la difícil situación en la que vive el pueblo cubano, sin acceso a derechos y servicios básicos, el régimen aumenta de forma desproporcionada las tarifas telefónicas, controladas por el monopolio estatal ETECSA”.
Además alertan sobre el riesgo de que el gobierno responda con represión, como ocurrió tras las protestas del 11 de julio de 2021. Según la misiva, “el régimen ya ha puesto en marcha una campaña de manipulación informativa, puede esperarse que se desate contra ellos una represión como la de julio 2021”.
Los firmantes
Entre quienes han firmado la carta se encuentran la antropóloga y activista Jenny Victoria Pantoja Torres, el periodista Carlos Manuel Álvarez, la historiadora Alina Bárbara López, el académico Rafael Rojas, la escritora Achy Obejas, el cineasta Pavel Giroud y la artista Tania Bruguera.
Los intelectuales, académicos y artistas cubanos reconocen que este movimiento estudiantil es una expresión legítima de participación democrática y republicana y hacen un llamado a la comunidad internacional para que acompañe y proteja a los estudiantes y profesores cubanos ante posibles represalias por ejercer sus derechos de expresión y protesta pacífica. La carta continúa abierta a nuevas adhesiones como señal de apoyo público frente a la criminalización de la disidencia en Cuba.