Desde hace varios días el rapero y preso político cubano Maykel Castillo Pérez, conocido como Maykel Osorbo, permanece en un estado de incomunicación total, lo que ha encendido las alarmas entre sus familiares, activistas y organizaciones internacionales. Osorbo inició recientemente una huelga de hambre y sed en la prisión Kilo 5 y Medio, en Pinar del Río, como protesta ante amenazas de traslado a un centro penitenciario aún más lejano a su lugar de residencia.
La activista Anamely Ramos, en representación de amigos y familiares, ha exigido al régimen cubano una confirmación directa del estado del artista. “No nos sirve ninguna información de la Seguridad del Estado, solo nos sirve oír la voz de Maykel”, reiteró a través de redes sociales.
Desde Amnistía Internacional la investigadora Johanna Cilano calificó la situación como “muy alarmante” y recordó que el posible traslado no solo representa una nueva forma de castigo, sino una estrategia deliberada para aislar aún más a Osorbo de su entorno cercano y dificultar el acceso a visitas familiares. La organización ha denunciado sistemáticamente las violaciones de derechos humanos en torno a su encarcelamiento y lo ha catalogado como preso de conciencia.
Detenido en 2021 y condenado en 2022 a nueve años de prisión por cargos como desacato, desórdenes públicos y difamación, el proceso judicial contra Maykel Osorbo ha sido ampliamente cuestionado por la falta de garantías legales y el carácter político de las acusaciones. Su arte y activismo, particularmente como coautor de la canción Patria y Vida, lo convirtieron en una de las voces más visibles de la disidencia cubana reciente y en blanco de una intensa represión por parte del régimen.