Campesinos en Cuba, sin acceso a bueyes ni a combustible, recurren a arar la tierra con yeguas para intentar sacar adelante una cosecha de maíz.
“En Cuba se acabó el petróleo, la gasolina y muchas cosas más”, afirma uno de los agricultores mientras, entre resignación e ironía, asegura que “hemos vuelto a la época de los indios”.
La grave escasez de combustibles y la falta de electricidad han obligado al campo cubano a regresar a métodos de trabajo precarios, con arados de hierro tirados por animales domésticos, en un retroceso que refleja la crisis generalizada en la isla.