La precariedad obliga a improvisar para sobrevivir. Ante la escasez de gasolina y electricidad en Cuba, un padre enciende su hornilla de carbón con trozos de nylon para calentar la leche de su bebé. El humo tóxico es un riesgo asumido cuando no hay alternativas.
La imagen circula en redes como retrato de una crisis que obliga a transformar desechos en recurso y a usar lo que en cualquier otro lugar sería impensable.