El llamado de “SOS Cuba” se expande por América Latina. Jóvenes de distintos países lo hacen suyo y lo convierten en una expresión de solidaridad regional ante la crisis de la isla.
Sus testimonios evidencian la magnitud del problema: edificios en ruinas, hospitales desabastecidos, escasez de alimentos que marca la vida diaria. Al relatar estas realidades, no solo denuncian la precariedad, también exigen libertad y dignidad para quienes la padecen.
Ese compromiso otorga al “SOS Cuba” un valor singular. Es la voz de una generación que se niega a la indiferencia y asume la solidaridad como un deber común en el continente. Un mensaje que, desde la juventud latinoamericana, resuena como eco de esperanza y bandera de cambio.