En los últimos días se han multiplicado los rumores sobre la presunta hospitalización e incluso la supuesta muerte de Raúl Castro, de 94 años. Sin embargo, hasta el momento no existe confirmación oficial de su estado de salud ni por parte de la prensa estatal cubana ni de medios independientes dentro de la isla, lo que mantiene el tema en el terreno de la especulación.
Algunos medios internacionales, como América TeVé, Diario Las Américas, Vanguardia de Colombia y Diario de Yucatán de México, han publicado notas haciéndose eco de versiones no verificadas que circulan en redes sociales. Estos reportes mencionan un supuesto ingreso de urgencia en el Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas (CIMEQ) de La Habana, aunque no aportan pruebas ni fuentes oficiales que respalden la información.
La última aparición pública registrada de Raúl Castro ocurrió en julio de 2025, cuando asistió a la sesión inaugural del V Período Ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular en La Habana. En esa ocasión, el exmandatario se mostró en su habitual lugar en la presidencia del evento, aunque observadores notaron su apariencia frágil, acorde con su avanzada edad.
Desde esa fecha, Raúl Castro no ha realizado apariciones públicas documentadas, lo que ha generado especulación sobre su estado de salud, especialmente considerando que históricamente el régimen cubano ha mantenido en secreto las condiciones médicas de sus líderes hasta momentos críticos.
Las muchas muertes y resurrecciones de Raúl Castro
Los rumores actuales sobre el estado de salud de Raúl Castro no son los primeros que circulan. A lo largo de los años, especialmente desde que cumplió los 90 años de edad, han surgido múltiples especulaciones sobre su supuesta muerte o grave deterioro de salud.
En 2017 circularon intensos rumores en redes sociales sobre su fallecimiento, que fueron desmentidos cuando apareció públicamente en eventos oficiales. Tras su retiro como primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en 2021, surgieron más especulaciones sobre su estado de salud, que el régimen volvió a contrarrestar con apariciones programadas del hermano menor de Fidel Castro.
En 2024 se desató otra oleada de rumores sobre la muerte de Raúl Castro, que ocupó titulares en medios internacionales y del exilio cubano, hasta que el viejo general reapareció en el acto nacional de turno para conmemorar la oficialista fecha del 26 de Julio. Cada uno de estos episodios ha seguido un patrón similar: rumores sin fuentes oficiales, silencio inicial del régimen, y posterior aparición pública calculada de Raúl Castro para desmentir las especulaciones.
De manera paralela, se especula que en estas últimas apariciones a quien se ha visto es a un posible doble de Raúl Castro, debidamente maquillado y vestido para suplantarlo. Esta versión tampoco es descabellada pues es harto conocido que muchos, o todos los dictadores, y también jefes de estado, contaron a lo largo de la historia, y cuentan con dobles para despistar posibles intentos de atentado.
Esta vez, el silencio oficial resulta más llamativo, considerando que el régimen tradicionalmente responde con rapidez a las informaciones que considera "campañas de desinformación orquestadas por la contrarrevolución y la CIA”. La ausencia de desmentidos oficiales o de apariciones públicas “relámpago” en algún acto oficial o evento político para disipar las dudas, provoca más rumores y acelera su propagación.
Impacto de la muerte de Raúl Castro en el panorama político cubano
Independientemente de la veracidad de los rumores actuales, la especulación sobre la salud de Raúl Castro plantea interrogantes sobre el futuro del régimen cubano. Como uno de los últimos sobrevivientes de la "Generación histórica" que lideró la Revolución de 1959, y hermano de Fidel Castro, su eventual fallecimiento marcará el fin de una era en la historia política cubana.
El impacto que la muerte de Raúl Castro pueda tener en las jerarquías, dinámicas y relaciones de poder dentro de la isla puede ser más decisivo incluso que la muerte del propio Fidel Castro. Quedaría vacía la cabecera de la mesa, y pudieran ocurrir disputas internas entre descendientes y los generales ancianos que conforma el círculo más íntimo de Raúl Castro. Contienda en la que también los funcionarios más antiguos del PCC también tendrían alguna incidencia.
La situación también evidencia la fragilidad de la información que llega desde Cuba, donde el control estatal de los medios y la represión contra el periodismo independiente limitan severamente el acceso a información verificable sobre temas sensibles para el régimen.
Mientras tanto, el exilio cubano y la comunidad internacional continúan siguiendo de cerca cualquier desarrollo relacionado con la salud del exmandatario, conscientes de que su muerte podría tener implicaciones significativas en el panorama político de la isla y en las dinámicas del poder dentro del régimen castrista.
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