La poeta cubana, galardonada con el Premio Cervantes en 1992, es heredera de la tradición literaria decimonónica, al tiempo que la enriquece y la hace suya.
"Apenas soy una miga de nervios en la intemperie. / Mi espalda se sumerge en un polvo de estrellas, / en los cristales de la duda,/ y a ella te aferras, hijo. / Un musgo tibio."
La infancia del poeta que transcurre en Morón, un pequeño pueblo del interior de Cuba, pintoresco, cercano al mar, se evoca con una mezcla de humor y drama en el libro "Un juego que nadie ve".
Lectura crítica del libro Cántico del alba (Ediciones Deslinde, Madrid, 2019), veintiuna historias breves de la destacada poeta y narradora Ángela Reyes.
Moría el año 1998, entre el asombro y el susto y un estado de felicidad inefable veía afincarse bien adentro de esta vida a mi primer hijo.[1] Ya iban siendo en la memoria apenas un mal sueño sus hora...