REMORDIMIENTOS PARA UN CORDERO BLANCO
no me puedo librar de ese ojo
que mira desde el cuadro
mis imperfecciones.
toda mi culpa de vivir
y querer
inventándome.
me estoy buscando
y tengo miedo
casi un miedo fanático
de haber sido cómplice
inacabada
porque también sonreí cuando quería matar.
mis mentiras son sueños
agua que no nadé
y este vicio
este vicio de mariposas
un solo día, volando sin cesar
luego polvillo oscuro sobre las violetas.
perdóname ojo de mi cordero adolescente
si en estos años te engañé
y pude ser
diferente.
Notas
El poema "Remordimientos para un cordero blanco" pertenece al libro Para un cordero blanco, ganador del Premio Casa de las Américas de 1984, tercer libro publicado por Reina María Rodríguez. Considerada la poeta más importante e influyente de su generación, la investigadora Bibiana Collado indica que su obra es "precursora del fin de la hegemonía conversacional" en la poesía cubana escrita después de 1959.
Collado considera que los libros La gente de mi barrio (1976), Cuando una mujer no duerme (1980) y Para un cordero blanco resultan:
Un anticipo de la fractura que se produce dentro del discurso crítico nacional de la Revolución, por el cual se resquebraja la aceptación incondicional de la transparencia del significante —de la ilusión de la transparencia del significante— como única propuesta discursiva para la práctica poética contemporánea.
Reina María Rodríguez: "Mi radicalización política viene de esos años"
Mi radicalización política viene de esos años [los 80] cuando me di cuenta que el problema para cambiar algo no estaba en las personas sino en una estructura férrea de poder. Pensábamos que la utopía de algo nos podía salvar de la no-vida. Yo tenía la idea de que la cultura puede ser una utopía sobre la vida aunque el techo se te esté cayendo. Ya no tengo esa idea. No puede haber cultura con basurero. Puede haber artistas en lugares muy marginales, por supuesto; pero cuando eso toma a todo un país… yo pensaba que no teníamos nada pero que teníamos el tiempo y sentía que eso era algo que me estaban regalando. No era verdad. Lo estaban sustrayendo de todo lo demás que no teníamos, de la mala vida que tuve o de lo que le faltó a mis hijos por tener.
Yenys Laura Prieto: "Escribir con los restos: poética subversiva de Reina María Rodríguez", Encuentros Dykinson, 21 de marzo de 2023.
M.ª Ángeles Pérez: "Lo cotidiano y amoroso"
"Sus primeros libros, La gente de mi barrio y Cuando una mujer no duerme muestran la fuerte presencia lírica de aquellos sentimientos íntimos que inspira lo cotidiano y amoroso, y que en su tercer libro, Para un cordero blanco comienzan a advertirse con todas sus aristas: la impotencia, la incapacidad del sujeto poético para percibirse como un ser en su más plena realización".
M.ª Ángeles Pérez López: "Las islas son mundos aparentes. Sobre la obra poética de Reina María Rodríguez", Actas del III Congreso de la Asociación Española de Estudios Literarios Hispanoamericanos, Ediciones Universidad de Salamanca, 2001.
Bibiana Collado: "Complejo de culpa infinito"
Ese "complejo de culpa infinito" —que se materializará, entre otros, en el poema "Complejo de inferioridad" del siguiente libro, Para un cordero blanco— se convierte en marca de esta promoción de escritores, crecidos y educados dentro de la Revolución, que experimentan la divergencia estética como una clase de traición y se enfrentan a las contradicciones que impone un modelo político-social que han aprehendido como positivo pero que, no obstante, encierra a la escritura en numerosas limitaciones. Conscientes del paulatino empobrecimiento de la poética revolucionaria, se esfuerzan por transgredirla sin degradarla, sabiéndose culpables. Probablemente, la más explícita escrituración de esta "culpa" aparezca en el poema "Remordimientos para un cordero blanco".
Bibiana Collado Cabrera: "Hoy quiero escribir lo que me falta", Anales de Literatura Hispanoamericana, Volumen 42, Número Especial, 2013.
Marilys Marrero: "Resultado de una intensa búsqueda interior"
En 1984, [Reina María Rodríguez] tematiza un motivo anterior incluido en su poética de iniciación en el texto titulado Para un cordero blanco. En el poema "Remordimientos para un cordero blanco" retoma el símbolo empleado por el cristianismo primitivo en la imagen del "buen pastor" (el ojo que te mira), sus imperfecciones (toda mi culpa de vivir). En este texto aparece un motivo que en opinión del crítico A. J. Ponte (Ponte, 1998 p. 12) es una constante autobiográfica en textos posteriores: el miedo. Quizás es este el resultado de una intensa búsqueda interior en un tratar de encontrarse a sí misma: "me estoy buscando / y tengo miedo / casi un miedo fanático". Esta actitud ética se manifiesta en su poética como un "rendir cuentas" a su existencia: "porque también sonreí cuando quería matar / mis mentiras son sueños".
Marilys Marrero Fernández: "Poética de lo cubano en el discurso de Reina María Rodríguez: memoria, misterio, delicadeza, suavidad...", Islas, Número 56, mayo-agosto, 2014.
Antonio José Ponte: "Un azoro sostenido"
Llenaban ese par de libros [Cuando una mujer no duerme (1980), Para un cordero blanco] un reclamo constante a la paternidad y al amor, un azoro sostenido, las acechanzas del bombardeo que acabaría con todo y un recontar de lo poquita (los diminutivos abundaban) cosa que se es.
Quizás tanta provisionalidad, admitía solamente la notación de estados de ánimo. El pavor impediría a su autora pensar esos libros, expresarlos hasta su final. Lástima y complacencia en esa lástima, no la dejaban ir más allá. Ella se entretenía íntimamente, la entretenía su condición de criatura, y no accedía a mayores abstracciones, a una filosofía, para decirlo rápido. Por ello cuando la escuché decir que no sabía qué hacer con su vida, supuse que lo mismo podría decir un gato del ovillo de hilo con el que jugaba.
Antonio José Ponte: "Ellas escriben cartas de amor, de Reina María Rodríguez", Rialta, 15 de marzo de 2017.
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