José Daniel Ferrer y Luis Robles, dos de las figuras más destacadas de la oposición pacífica cubana, salieron de la isla este 13 de octubre de 2025, hacia el exilio forzoso, tras años de persecución, encarcelamiento y represión por parte de la dictadura castrista, que terminó condenándolos al destierro junto con sus familias. Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), partió hacia Estados Unidos bajo destierro forzado, y Robles, conocido como el "joven de la pancarta", llegó a Madrid acompañado de su madre y su hijo de siete años.
José Daniel Ferrer: destierro forzoso
El Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) del régimen cubano anunció la salida de José Daniel Ferrer García, después de que el opositor permaneciera más de dos años sometido al aislamiento, las golpizas y las torturas en prisión. Un equipo consular de la embajada estadounidense acompañó a Ferrer y a su familia durante la salida, bajo un fuerte despliegue de agentes de la policía política, según informó Martí Noticias.
Antes de despegar hacia Miami, el jefe de la misión diplomática estadounidense, Mike Hammer, le comunicó a Ferrer el respaldo de Washington a la causa por la libertad de la isla. Su partida fue resultado de un destierro forzado impuesto por la dictadura cubana como condición para su excarcelamiento.
Durante los últimos años de su encierro, Ferrer permaneció recluido en la prisión de Mar Verde, ubicada en la provincia de Santiago de Cuba, en el oriente de la isla. Allí recibió golpizas, amenazas y aislamiento prolongado, para quebrantar su voluntad política.
En una carta pública difundida a inicios de octubre de 2025, aunque fechada el 10 de septiembre del mismo año, Ferrer explicó que tomó la decisión de salir de Cuba "por el bien de su familia". El régimen le exigió actuar como mediador en un diálogo entre la Iglesia Católica y Washington, algo que rechazó, lo cual agravó las condiciones para su liberación.
"De Cuba solo salgo con mi dignidad y honor en alto, y no por mucho tiempo", afirmó en la misiva. Con esta declaración, el líder de la UNPACU dejó claro que continuará su activismo desde fuera de la isla, sin renunciar a su lucha por la libertad de Cuba.
Luis Robles: símbolo de la protesta pacífica
El mismo lunes 13 de octubre, el activista Luis Robles Elizastigui aterrizó en Madrid junto a su madre, Yindra Elizastigui, y su hijo de siete años. Al llegar al aeropuerto de la capital española evitó hacer declaraciones públicas, según informó 14ymedio.
Robles, de 32 años, fue detenido el 4 de diciembre de 2020 en La Habana mientras sostenía un cartel con la demanda "Libertad, no más represión #FreeDenis", en apoyo al rapero Denis Solís, entonces apresado por el régimen. Las imágenes de su protesta circularon ampliamente en redes sociales y se convirtieron en un símbolo de desafío cívico y pacífico contra la opresión de la dictadura castrista.
El régimen lo condenó a cinco años de cárcel por los delitos de "resistencia" y "propaganda enemiga". Durante su reclusión en el Combinado del Este, y posteriormente en campos de trabajo correccional, su madre denunció constantes amenazas y hostigamiento por parte de agentes de la seguridad del régimen, incluso contra otros miembros de su familia.
Amnistía Internacional declaró a Luis Robles preso de conciencia, ya que fue encarcelado únicamente por ejercer derechos fundamentales como la libre expresión. La organización defensora de los derechos humanos consideró su caso como un ejemplo de la represión sistemática que ejerce el Estado cubano contra quienes se manifiestan pacíficamente.
En enero de 2025, Robles obtuvo la libertad condicional como parte de un acuerdo entre La Habana, el Vaticano y el Gobierno de Estados Unidos, que permitió la liberación de algunos otros presos políticos. Sin embargo, permaneció hasta su salida de la isla bajo la vigilancia constante de las fuerzas de seguridad del régimen.
Las salidas de Ferrer y Robles se producen en un contexto de creciente presión internacional sobre el régimen cubano por su récord de violaciones a los derechos humanos. Ambos casos representan la estrategia represiva de La Habana: encarcelar, torturar y finalmente desterrar a quienes desafían su control absoluto sobre la población.
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