El dictador venezolano Nicolás Maduro disminuyó el suministro de petróleo a Cuba en un intento por aproximarse a Estados Unidos y evitar un conflicto con la administración de Donald Trump, según reveló una investigación publicada por The New York Times. La decisión agravó la crisis energética en la isla y fue parte de una estrategia de concesiones económicas con la que el mandatario venezolano buscó aliviar la presión de Washington y asegurar su permanencia en el poder.
Una oferta sin precedentes
De acuerdo con el diario estadounidense, Maduro propuso a Estados Unidos una participación dominante en los proyectos petroleros, gasíferos y mineros de Venezuela. La oferta incluía redirigir las exportaciones de crudo desde China hacia territorio estadounidense, un cambio radical en la política comercial venezolana de las últimas dos décadas.
El dictador también se comprometió a reducir drásticamente los vínculos económicos con China, Rusia e Irán, los tres principales aliados de su régimen. Estas naciones han respaldado económica y políticamente al gobierno venezolano durante años, especialmente tras las sanciones internacionales impuestas desde 2017.
El sacrificio de Cuba
La reducción del envío de petróleo a Cuba representó uno de los aspectos más significativos de esta estrategia, pues Venezuela ha sido durante décadas el principal proveedor energético de la isla, manteniendo una alianza ideológica y económica que comenzó durante la presidencia de Hugo Chávez y su colaboración estrecha con Fidel Castro a principios del siglo XXI.
El corte de suministros agravó la ya crítica situación energética cubana, aguzada por una infraestructura eléctrica deteriorada. La disposición de Maduro a abandonar este compromiso histórico evidencia hasta qué punto está dispuesto a ceder la soberanía económica y política de Venezuela para asegurar la supervivencia de su régimen.
Meses de negociaciones secretas
Las conversaciones se desarrollaron durante meses entre altos funcionarios de ambos países, según documentó The New York Times. Sin embargo, la administración Trump finalmente rechazó la propuesta y suspendió los contactos la semana pasada.
La revelación contrasta de forma flagrante con el discurso público de Maduro, quien constantemente denuncia al "imperialismo" estadounidense y proclama su hermandad con Cuba. Los documentos muestran que el mandatario venezolano está dispuesto a sacrificar su alianza histórica con La Habana a cambio de garantías de estabilidad interna y evitar una posible intervención militar.
Concesiones petroleras
En paralelo a estas gestiones secretas, el régimen venezolano otorgó a Chevron el control total de sus proyectos conjuntos con la petrolera estatal PDVSA (Petróleos de Venezuela). La compañía estadounidense, que mantuvo operaciones limitadas en el país durante los años de sanciones, amplió significativamente su presencia.
Maduro también mantuvo negociaciones con ConocoPhillips y Shell para reactivar operaciones en territorio venezolano. Según The New York Times, el dictador respaldó la mayoría de los términos económicos discutidos con el enviado especial estadounidense Richard Grenell, quien actuó como intermediario en las conversaciones.
La investigación del diario estadounidense expone la contradicción entre el discurso antiimperialista del régimen venezolano y sus acciones pragmáticas dirigidas a negociar directamente con Washington, incluso a costa de sus aliados más cercanos. El rechazo final de Trump a estas propuestas deja a Maduro en una posición debilitada, sin el acercamiento con Estados Unidos que buscaba y con alianzas internacionales potencialmente dañadas por sus intentos de acercamiento al gobierno estadounidense.
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