El 8 de agosto de 2025 el medio oficialista cubano Granma publicó en su edición digital que en la provincia Las Tunas “aprovechan contenedores para la construcción de viviendas”. Se trata de los contenedores que entran al país con las piezas y materiales para los parques solares fotovoltaicos, que serían transformados en casas para paliar la crisis de la vivienda en Cuba.
Héctor Rodríguez Espinosa, director provincial de Vivienda en esa provincia, explicó que la principal preocupación sobre a las nuevas casas era el calor extremo, pero que la solución estaba en colocar elementos antitérmicos que, a su vez, tendrían una función estética. De los 46 contenedores asignados a la provincia, 18 fueron destinados a trabajadores de la Empresa Eléctrica y 28 se otorgarán a otros ciudadanos a través de los Consejos Populares.
Un mes después no se han informado de avances, pero en redes sociales aparecen opiniones sobre el tema y si bien a priori, especialistas consideran los contenedores como una buena alternativa para paliar déficits habitacionales, se mantienen escépticos en cuanto a si puede aplicarse correctamente en Cuba en las condiciones actuales.
En algunos países como Estados Unidos, Canadá, Australia, Reino Unido, Países Bajos, México, Sudáfrica, India y Japón se ha implementado esta variante como una alternativa rápida y ecológica, pero también como solución temporal para personas sin hogar, comunidades vulnerables o damnificados de algún desastre natural. En Cuba parece ser, más bien, una opción ante la incapacidad estatal de construir nuevas viviendas tradicionales o la imposibilidad de reparar las ya existentes por falta de materiales.
Nadie cree que los contenedores solucionen la crisis de la vivienda en Cuba
Si bien esta alternativa es viable en general, existen preocupaciones en cuanto a su aplicación correcta en Cuba, pues necesita no solo de especialistas altamente capacitados para lograr una buena ejecución, sino que también requiere materiales y recursos de los que quizás el país no dispone.
Un arquitecto radicado en La Habana, que prefiere reservar su identidad, comenta que está a favor de la iniciativa. Sin embargo, advierte que “los contras son más que los pros”. Explica que para lograr verdadera seguridad y confort térmico es necesario el aislamiento térmico interior o exterior, ambos con sus ventajas y desventajas; e insiste en la necesidad de protección ante descargas eléctricas: “dado que el contenedor es una estructura metálica, se deben tomar medidas rigurosas”.
Las redes sociales son, una vez más, el espacio en que los cubanos se desahogan y ventilan sus preocupaciones. A raíz de esta “nueva medida” se pueden leer comentarios muy críticos en Facebook:
“Con el calor que hace en Cuba dentro de esos contenedores se ahogan todos aquellos con las necesidades del hogar”.
Otros usuarios de las redes reniegan de la gestión del gobierno cubano y aseguran que esta estrategia no se trata para nada de una novedad en el país:
“Bueno, la noticia real sería que al final van a usar los contenedores para eso. La idea de convertir contenedores en casas es una idea y proyecto traído a Cuba por ONGs desde principios de los 2000 y fue engavetado y empolvado en el olvido, como lo fueron los parques solares del proyecto CUBASOLAR del 2006. Pero ahora, viéndose en el borde del abismo, sacan y revisan todas las viejas gavetas, ahí donde desecharon todo aquello que traía un poco de bienestar al pueblo”.
Lo que el oficialismo califica como novedad ya existía en Cuba. Según se aprecia en un video del youtuber cubano JSant filmado en Tarará, La Habana, en una zona de difícil acceso está el “barrio de los contenedores”. Un lugar alejado de la mirada del régimen y de casi todo, donde sus habitantes han improvisado casas a partir de contenedores modificados con lonas, madera y otros materiales. Las conexiones eléctricas y de agua son rudimentarias, las paredes carecen de aislamiento térmico, por lo tanto, los riesgos son elevados.
¿Contenedores o saunas?
“No es simplemente poner un contenedor, abrirle cuatro ventanas y dos puertas y poner a alguien a vivir. Tienes que tener en cuenta que un contenedor es un espacio muy estrecho, aunque lo puedes alargar uniendo contenedores”, explica otro arquitecto cubano que se desempeña actualmente como ingeniero en Miami, también bajo la condición de anonimato. La mayor preocupación se resume en las altas temperaturas de la isla: “Necesita climatización muy potente, porque el calor que se genera en esos lugares tan cerrados y completamente de metal, es muy grande”.
Con respecto al aislamiento térmico, el arquitecto expone: “Todos sabemos cómo es Cuba, eso lleva una calidad de trabajo, una calidad de materiales que se deben usar para lograr el aislamiento. Mi punto principal es que si vas a hacer una casa de contenedores en un país tropical necesita climatización sí o sí. Estoy seguro de que eso sí no lo van a hacer. No es ponerlo por la noche para dormir, es mantenerlo todo el tiempo. No hay otra forma de vivir dentro de un horno como ese si no es con climatización”.
“Para mí es algo impensable en Cuba, sobre todo en las condiciones actuales, porque suponiendo que tienes los equipos de aire y todo, no hay la electricidad para mantener esos equipos funcionando al menos un tercio del día”, comenta, escéptico, el especialista.
En España se comenzó a usar esta variante como una opción sostenible, rápida y accesible ante el encarecimiento inmobiliario, sobre todo en grandes ciudades, aunque ganaron popularidad en las costas turísticas, y en las zonas rurales se aprovecharon las normas urbanísticas más flexibles para edificaciones prefabricadas.
En el suplemento informativo de Idealista, el portal inmobiliario más conocido en España, se muestran las casas contenedores como una opción más económica, sí, pero al mismo tiempo lo enfocan como algo lujoso o con potencial estético, lo cual se aleja por completo de las posibilidades en el contexto cubano actual.
Desde que el directivo de Vivienda de Las Tunas anunció que los primeros contenedores se instalarían en los municipios de Manatí, Puerto Padre y Majibacoa, no se han publicado avances o actualizaciones al respecto. Ello, sin contar con el hecho de que se trata, hasta el momento, de un número reducido de contenedores. Es decir, se beneficiarán muy pocas familias, y por lo tanto no parece ser una respuesta estructural suficiente al déficit habitacional en el país.
En el 2024 la construcción de viviendas en Cuba cayó un 54%, con un total de solo 7 427 casas construidas, mientras que en 2023 se completaron 16 065 y en 2021, peor año de la pandemia de la Covid-19 en el país, la cifra fue de 18 645, según un informe oficial de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI); datos que confirman el agravamiento creciente de la crisis habitacional y la ineficiencia estatal para producir los materiales necesarios.
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