Pasar al contenido principal

Arte cubano | Arte fuera del cerco: Kina Matahari y los NFT como acto de resistencia

Los NFT que creó y comercializó entre 2021 y 2022 desde Cuba le permitieron a la artista Kina Matahari "vivir en el mundo" y "entender que se puede crear y crecer en colectivo".

Artista visual cubana Kina Matahari.
Artista visual cubana Kina Matahari. | Imagen: Ossain Raggi

Hay documentales y “documentales”, como se dice comúnmente. Algunos enaltecen momentos, memorias, situaciones, y otros sacan a la luz caminos y ejemplos de superación desconocidos para la mayoría. Uno de ellos es Minted: The Rise (and Fall?) of the NFT (2023), exhibido en DART. Festival Internacional de Cine y Arte (10 al 14 de diciembre de 2025), con sede en Barcelona.

Este largometraje, producido y dirigido por el norteamericano Nicholas Bruckman, explora el auge vertiginoso y la caída subsecuente del mercado de arte de los NFT (Tokens no fungibles), una economía digital que llegó a valer cerca de 40 mil millones de dólares en su punto máximo. A través de entrevistas con artistas, coleccionistas, críticos y pioneros del movimiento desde figuras como Beeple, hasta voces de comunidades globales—, la película examina cómo los NFT transformaron por un momento los modos de circulación del arte, permitiendo a creadores de contextos diversos sortear las rutas tradicionales del mercado y conectar directamente con audiencias internacionales.

Tráiler del documental "Minted: The Rise (and Fall?) of the NFT" (2023) de Nicholas Bruckman.

¿Quién es Kina Matahari?

Entre sus historias, una adquiere densidad singular: la de una artista cubana y su hija, filmadas inicialmente en La Habana en 2021, cuando se encontraba comercializando activamente NFT desde la isla. No es un relato de éxito tecnológico, sino el testimonio de un instante de posibilidad, según comenta la creadora conocida como Kina Matahari:

El documental fue un foco muy agudo sobre un proceso todavía construido en caliente, cuando ni siquiera había respuestas claras. No todo era tan bueno como se pintaba, pero tampoco todo era malo. 

En el arte, los NFT no fueron simplemente imágenes digitales vendidas en internet, sino certificados de autenticidad y propiedad inscritos en la blockchain, tecnología de registro digital distribuido e inmutable que almacena transacciones en bloques enlazados criptográficamente crea una cadena transparente y segura, sin necesidad de una autoridad central como un banco, permitiendo verificar y rastrear activos de forma segura y eficiente en diversas industrias

Esto permitió por primera vez reconocer el arte digital como obra coleccionable y con valor económico. Su mayor potencial estuvo en la circulación directa y global, gracias a la que los artistas pasaron a ser “grandes centros culturales”, mostrando y comercializando sus trabajos sin pasar por las institucionales tradicionales. 

En 2021, Cuba atravesaba por una combinación extrema de crisis económica, vigilancia política, escasez material y aislamiento internacional. El acceso a internet había sido autorizado hacía apenas tres años, con precios prohibitivos y censura activa de plataformas. Las transacciones financieras internacionales estaban bloqueadas y el salario profesional resultaba insuficiente para sostener una vida digna en el país.

Kina Matahari (Camagüey, 1991) es una historiadora del arte, artista, curadora y gestora cultural cubana. Su trabajo articula producción artística, curaduría, escritura y gestión cultural, con énfasis en el arte contemporáneo, las tecnologías digitales y las comunidades. Y entre 2020 y 2021 incursiona en el arte digital desde la isla, participando en redes internacionales y desarrollando proyectos curatoriales y educativos. 

Los VPN y otras formas de burlar la censura digital en Cuba

Para creadores ubicados en este tipo de contextos, los NFT funcionaron como una oportunidad para la visibilidad y la autonomía, permitiéndoles esquivar bloqueos económicos, filtros políticos y conectar lo local con una audiencia fuera de sus fronteras. Aunque ese ecosistema fue breve y estuvo atravesado por fuertes contradicciones, dejó una marca decisiva: la experiencia de haber podido hablar, existir y sostener una práctica artística sin pedir permiso. Así lo declara la artista:

Trabajaba por horas en otros empleos para poder pagar los datos de internet. Usaba VPN y comunidades que burlaran el algoritmo. Esa era la manera de estar en ese espacio.

Durante ese período, ella laboró de manera intensa y constante: produciendo obras, traduciendo su trabajo al formato digital, participando en comunidades online, sosteniendo una presencia activa en redes, buscando interlocutores, coleccionistas, vínculos.

Fue la primera vez que interactué con una comunidad artística internacional desde el rol de artista, no solo como curadora o historiadora del arte.

El documental logra capturar ese momento exacto: cuando la artista todavía creía con lucidez crítica, pero también con esperanzaque esa grieta podía sostenerse. Al mismo tiempo uno de los mayores aciertos de Minted... es haber comprendido que la historia no estaba solo en la “apertura” tecnológica, sino en las relaciones que esta posibilitó. No separa la práctica artística de la vida cotidiana: muestra cómo la creación se convirtió en un espacio compartido entre madre e hija, como refiere la artista cubana:

Mi hija siempre dibujó. Cuando me vio crear y compartir mi obra, me pidió que le abriera una cuenta para mostrar sus dibujos. Fue algo muy natural.

La participación de la niña no aparece como adorno ni curiosidad, sino como continuidad generacional y acto de acompañamiento. Mientras la madre traducía su obra al lenguaje digital, la hija se acercaba al dibujo digital, la animación y la programación:

Ella pertenece a una generación que ya nace hibridada con la tecnología. Para ella el dibujo digital es natural.

Durante la pandemia de la Covid-19, ese vínculo creativo tuvo además una dimensión material y doméstica que el documental no esquiva:

Mi hija y yo contribuimos gracias a esta oportunidad a la economía doméstica en un momento muy difícil. Eso también fue parte de la experiencia.

"Mi principal interés era hablar sobre el tema político en Cuba"

En un país donde el discurso oficial suele dividir el arte de la vida real, el documental de Nicholas Bruckman visibiliza lo que suele ocultarse: el arte como trabajo, cuidado y sostén. Así lo comenta Kina Matahari:

El equipo del documental quería tratar el asunto de los NFT, pero no quedarse exclusivamente en Nueva York, de donde son ellos también, y que fue el epicentro de los NFT. Deseaban abordar varios contextos del mundo y tener una visión más amplia del fenómeno. Le agradezco muchísimo a Gladys Garrote, que fue una de las personas que sugirió mi trabajo. Cuando ellos vienen a Cuba en 2021, ya me habían pedido un día de mi vida, que los llevara a los contextos y locaciones donde yo vivía y visitaba habitualmente, y les compartiera mi experiencia. Eso consistió en abrirle las puertas de mi casa, mi trabajo y mis rutinas diarias. Mi principal interés era hablar sobre el tema político en Cuba, sobre mis amigos y colegas del medio artístico, los intelectuales en Cuba, y de todo el pueblo que estaban siendo injustamente presionados.

Para poder crear y compartir lo que realmente sentía, surgió el alter ego Kina Matahari. No fue un mero gesto , sino una estrategia de protección, adoptado en 2018 — juega con la feminización del término Kino (cine en alemán) y el personaje histórico Mata Hari—  como estrategia de autonomía creativa frente a la censura y la vigilancia institucional dentro de Cuba:

Fue un refugio ante la censura estatal. Yo trabajaba en una galería que pertenecía al Estado y sabía que mi trabajo podía traer consecuencias.

Desde ese espacio, la artista pudo escribir, curar, producir y compartir obras sin pasar por los filtros institucionales. El NFT permitió que una pieza gestada en Cuba circulase sin pedir permiso:

Muchas personas pudieron ser vistas y escuchadas sin pasar por los procesos tradicionales, que son jerárquicos y excluyentes.

El documental no oculta las contradicciones del régimen de la isla: la falsa descentralización, la hegemonía económica estatal, la especulación. Pero tampoco borra lo que sí ocurrió: durante un breve lapso, el cerco se abrió, como declara Karina:

En un mundo de máquinas, de velocidad y competencia desigual, lo único que nos diferencia es el factor emocional, lo que pasa en cada una de nuestras vidas.

Al mismo tiempo, en Minted... se puede observar sin maquillajes el cansancio, la esperanza, la fragilidad de este universo digital, al igual que su posterior caída. En ese entonces, como refiere la artista:

Estábamos aprendiendo a vivir en el mundo, cosa que no sabíamos estando en Cuba. Era un proceso complejo.

Desde 2022, Kina Matahari no ha vuelto a comercializar NFT. La dinámica de este mercado cambió y la vida real se impuso. Pero lo vivido permanece, y así lo afirma:

La mayor ganancia no fue económica. Fue la comunidad, las relaciones humanas, entender que se puede crear y crecer en colectivo.

"Aprendiendo a vivir en el mundo"

El documental Minted: The Rise (and Fall?) of the NFT tuvo su estreno mundial en el prestigioso festival Tribeca de Nueva York en 2023, marcando su entrada oficial en el circuito internacional. Después llegó su estreno europeo en CPH:DOX, uno de los festivales más relevantes del documental internacional, en Copenhague, Dinamarca, y se proyectó en otros espacios como el Sarasota Film Festival, en Florida. En 2025 fue adquirido por la cadena pública estadounidense PBS para su serie Independent Lens, y más tarde se estrenó en plataformas de streaming como Netflix. 

Minted... llegó a inicios del mes de diciembre de 2025 a España como parte del festival DART, que lo ubicó en una selección que aborda los enigmas contemporáneos del mercado del arte y los NFT, colocando de nuevo al arte cubano ante la mirada internacional.

Este documental no funciona solo como celebración ni como epitafio del NFT, sino como registro de una posibilidad histórica: la de una artista cubana que pudo hablar sin mediación, la de una madre y una hija que se unieron creativamente para sostenerse, la de un arte que, por un instante, logró existir fuera de los límites impuestos. Ese instante íntimo, doméstico, políticoes lo que la película salva.

En 2022, Kina Matahari emigra a Estados Unidos, y allí continúa su labor centrada en la comunidad, la memoria y procesos humanos más allá del mercado, según comenta:

Aún estoy adaptándome a las circunstancias, aprendiendo a vivir en el mundo, pero confío en que eso más temprano que tarde será mejor. Mi hija continúa y sigue evolucionando cada día en sus conocimientos de dibujo, animación, programación. Y siento que estos primeros pasos también colaboraron a incentivarnos estos deseos. Dice que quiere ser diseñadora gráfica y yo hago todo lo que esté en mis manos para cumplir sus sueños. Ya es una gran artista.

Regresar al inicio
▶ Ayúdanos a permanecer

Un contenido como este, y nuestro medio informativo en general, se elabora con gran esfuerzo, pues somos un proyecto independiente, trabajamos por la libertad de prensa y la promoción de la cultura, pero sin carácter lucrativo: todas nuestras publicaciones son de acceso libre y gratuito en Internet. ¿Quieres formar parte de nuestro árbol solidario? Ayúdanos a permanecer, colabora con una pequeña donación, haciendo clic aquí.

[Y para cualquier propuesta, sugerencia u otro tipo de colaboración, escríbenos a: contacto@arbolinvertido.com]

Frank Lahera O’Callaghan

Frank Lahera O’Callaghan

(Santiago de Cuba, 1988) Es director de cine, guionista, editor, productor y artista visual multidisciplinar, así como curador y gestor cultural independiente. Miembro de la Asociación Hermanos Saíz, es fundador del Proyecto FRACTURA y de la productora audiovisual ProbetaFilms, desde donde articula una obra que cruza el videoarte, el cine experimental, la performance, la fotografía y el arte digital y cripto. Sus trabajos se han exhibido en festivales y galerías de Cuba, México, Estados Unidos y diversos países de Europa y América Latina, y forman parte de colecciones privadas, así como de la colección permanente de la Cerritos College Art Gallery (California). Ha participado en múltiples residencias de creación y su filmografía incluye piezas como Cadáver Xquisito y Manifiesto Hipervisualista, reconocidas en espacios especializados de cine y artes visuales contemporáneas.

Añadir nuevo comentario

Plain text

  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de correos electrónicos y páginas web se convierten en enlaces automáticamente.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.
CAPTCHA
Resuelva este simple problema matemático y escriba la solución; por ejemplo: Para 1+3, escriba 4.
Este reto es para probar que no eres un robot. Por favor, ten en cuenta minúsculas y mayúsculas.