El Museo de las Víctimas del Comunismo, único de su tipo en el mundo, fue inaugurado el 20 de septiembre de 2022 en Washington, EE.UU. Su objetivo es demostrar que "el comunismo no sólo es malo, sino perverso", según Lee Edwards, presidente emérito de la Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo (VOC).
Visité el Museo de las Víctimas del Comunismo hace dos semanas y quisiera compartir una idea relacionada con lo que vi (o no vi) en el museo, así como hacerle la siguiente recomendación a su Museo-Fundación.
Creo que la sola mención de la palabra "comunismo" en el título, los folletos y los letreros exteriores del museo no refleja la totalidad de la historia de esta ideología en acción. Es sumamente pertinente, y hoy en día urgente, incluir de forma más visible la palabra "socialismo" en todo lo relacionado con el museo, ya que el uso indiferenciado de ambos términos para referirse a las mismas realidades es, de hecho, histórica y teóricamente correcto.
Al no mostrar la palabra "socialismo", se evita su denuncia y análisis crítico, cuando ambos conceptos han sido partícipes de los crímenes atroces que el propio museo expone. Una solución sencilla sería algo así como "Víctimas del socialismo/comunismo". "Socialismo/comunismo" es una frase que algunas personas de tales países ya utilizan al escribir sobre sus experiencias, porque en sus testimonios e investigaciones se encuentran alternando entre ambos términos.
Históricamente, dos pruebas explícitas y muy significativas son, entre muchas otras, las siguientes:
- El país más relevante para el comunismo en el mundo durante el siglo XX tenía la palabra SOCIALISTA (no comunista) en su nombre oficial: Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
- El país más relevante para el comunismo en América ha sido Cuba, pero Fidel Castro declaró públicamente en 1961 que Cuba era el primer país SOCIALISTA (no comunista) de América, y así consta en los documentos oficiales cubanos más recientes.
Incluso la diáspora de Pedro Pan desde Cuba —sobre la cual el museo tiene actualmente una exposición— tuvo lugar entre 1960 y 1962, cuando Castro hizo esa declaración a favor del socialismo y el correspondiente Partido Comunista aún no existía (se fundó en 1965). El hecho de que los partidos gobernantes de los países socialistas se hayan llamado, y se sigan llamando, partidos comunistas no hace sino confirmar la estrecha relación entre ambos términos.
Teóricamente, según se muestra en sólo un par de textos internos del museo, el socialismo, en la teoría de Marx y Lenin, es simplemente —y nada más que— una necesaria parada transitoria en el camino hacia el comunismo. De hecho, todos los crímenes registrados en el museo ocurrieron mientras esos países estaban específicamente inmersos en esa etapa socialista. Esto no significa reemplazar la palabra comunismo, sino añadir "socialismo" a la información visible y externa del museo: en los siglos XX y XXI, ambos términos se han comportado históricamente como hermanos siameses, así que respetemos su naturaleza.
A diferencia de lo que sucedió con sus dos totalitarios parientes cercanos (el fascismo y el nazismo), el hecho de no dar suficiente visibilidad hoy al término socialismo en sus conexiones con todos los crímenes relacionados con el comunismo, permite, en cierto modo, que el socialismo escape de sus culpas y se siga utilizando sin pudor. Como víctima del socialismo/comunismo, me encantaría que "nuestro" museo no colaborara en darle al socialismo tan peligroso lavado de cara o carta blanca.
3 de noviembre de 2025