El documental Para vivir. El implacable tiempo de Pablo Milanés, dedicado a la vida y legado del célebre cantautor cubano Pablo Milanés (1943-2022), fue excluido del programa oficial del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, después de varios días sin respuesta del comité de selección, según confirmó su director Fabien Pisani en sus redes sociales. En su declaración lamentó:
Llegué a pensar que los que dirigen nuestra cultura –y que desde hace tiempo parecen empeñados en hacerlo todo al revés– aprovecharían la ocasión para reparar, al menos simbólicamente, la larga historia de agravios hacia uno de sus hijos más ilustres y singulares.
La obra fue proyectada previamente en prestigiosos certámenes cinematográficos como los festivales de Sheffield de Gran Bretaña, Mar del Plata en Argentina, Morelia en México y DOC NYC en Estados Unidos, lo que incrementó las expectativas de su estreno en Cuba. Sin embargo, la institución cultural cubana no ofreció razones oficiales para su rechazo. Pisani apuntó que ese silencio oficial:
Confirma lo que muchas veces intentamos olvidar: que en Cuba el cine –como la memoria, como la palabra, como todo– sigue siendo un territorio vigilado. Aun así, sigo creyendo en la necesidad de contar y compartir estas historias, de mirarnos sin miedo.
El silencio institucional que refuerza la sospecha de censura
El realizador explicó en redes sociales que envió dos películas documentales al evento habanero: Para vivir... y En la caliente. Cuento de un guerrero del reguetón (2024), protagonizado por el intérprete Candyman. Describió esta última como "una historia trágica sobre Cuba, una mirada desde la calle a los laberintos de nuestra historia reciente, y me sorprendió que la aceptaran", pero "la alegría duró poco" y la película sobre Pablo Milanés fue rechazada sin explicaciones. Pisani cuestionó
¿De quién y desde dónde, en el opaco meandro de la burocracia cubana, vino esa decisión? ¿O acaso fue una falta de decisión porque nadie se atrevió a poner a Pablo Milanés en un cine de La Habana?
El realizador aseguró que la comunicación no estuvo acompañada por explicación alguna, y que el silencio de los funcionarios hizo imposible obtener detalles sobre el proceso de selección y los criterios que motivaron la exclusión definitiva. Tampoco se le ofreció la oportunidad de exhibir la cinta fuera de competencia, como parte de algunas de las muestras colaterales que organiza el evento.
El pretexto posible para esta decisión sería que un mismo realizador no debe competir con dos largometrajes documentales en la misma categoría, para no limitar la participación de otros autores, pero ni siquiera esto se le explicó a Pisani, quien apuntó:
Conociendo la larga tradición de censura hacia el cine independiente cubano, tenía mis dudas de que las aceptaran, sobre todo En la caliente..., más abiertamente política, y que explora los efectos perversos de la burocracia cuando ejerce un control absoluto sobre los medios de producción y distribución cultural de todo un país. Aun así, conservaba la esperanza de que Para vivir... sí fuera aceptada. Es un retrato profundamente humano y amoroso de una figura esencial de la cultura cubana, Pablo Milanés, quien fue además mi padre adoptivo desde los dos años. Pero una vez más, la sombra fue implacable.
2017: Primera censura de Pablo Milanés en el Festival de La Habana
Esta no es la primera vez que la figura de Pablo Milanés se ve envuelta en un evento de censura cinematográfica que involucra al Festival de La Habana y al Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). En 2017, el mediometraje documental Pablo Milanés, dirigido por Juan Pin Vilar, fue excluido del certamen por los funcionarios de turno.
Esta película repasa a profundidad la época en que el cantautor fue recluido en los campos de concentración de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción, las terriblemente célebres UMAP, donde fue sometido a trabajos forzados y logró fugarse para luego ser detenido de nuevo. Entonces también se apeló a la prerrogativa que tienen todos los comités de selección de festivales cinematográficos, de no incluir la película ni en la selección oficial ni en muestras colaterales fuera de competencia.
Pablo Milanés, artista esencial y voz crítica
Pablo Milanés, uno de los fundadores de la Nueva Trova, mantuvo durante décadas una relación compleja con las instituciones oficiales. Si bien su obra fue difundida ampliamente en Cuba, el artista expresó en varias etapas posturas críticas hacia el gobierno cubano y denunció fallas estructurales en el sistema político y cultural, se solidarizó con las manifestaciones multitudinarias del 11J, y hacia el final de su vida fue parcialmente silenciado por las autoridades.
Su último concierto en Cuba, el 21 de junio de 2022, fue objeto de una "mala" programación en el Teatro Nacional, en La Habana, que vendió además casi todos los asientos a "instituciones", provocando grandes protestas entre los miles de seguidores que querían disfrutar de la música de Pablo Milanés. El escándalo trascendió a los medios independientes y el evento se trasladó finalmente a la Ciudad Deportiva, en la que sí se admitieron a todos los interesados, sin reservar tantos asientos a los "invitados" de las instituciones.
Este contexto fundamente la teoría de que la exclusión del documental responde a motivaciones políticas más que artísticas. Además de que resulta común que obras vinculadas a figuras históricas o contemporáneas opuestas al régimen de la isla tienden a enfrentarse a obstáculos para su exhibición en la isla. Tal fue el caso de otro documental dedicado al cantautor Pedro Luis Ferrer, titulado El trueno y el viento (2022), dirigido por Jorge Soliño, que fue también descartado por los organizadores del Festival.
Otros casos de censura en el Festival de La Habana
El evento capital del cine en Cuba ha estado involucrado en numerosos casos de censura fílmica a realizadores nacionales, sobre todo del campo independiente, o a películas que de alguna manera aborden zonas incómodas o a personalidades molestas para el régimen.
Regreso a Ítaca
En 2014, la película de ficción Regreso a Ítaca, dirigida por el francés Laurent Cantet, con guion del novelista Leonardo Padura, y filmada en Cuba, fue censurada en el festival por iniciativa del ICAIC. Aunque luego los organizadores la restituyeron como desagravio al realizador de esta historia sobre la reunificación de varios amigos tras la emigración de uno de ellos. La conversación gira sobre dilemas capitales del cubano frente a los fracasos del régimen y sus consecuencias en el pueblo cubano.
Santa y Andrés y Vicenta B. de Carlos Lechuga
Uno de los casos más conocidos, con terribles consecuencias para sus creadores, fue el largometraje de ficción Santa y Andrés (2016) de Carlos Lechuga, que fue seleccionado y luego retirado por los funcionarios del ICAIC y el Ministerio de Cultura. Esta película, que habla sin tapujos de la censura homofóbica a los intelectuales cubanos y expone los mecanismos de represión del régimen, provocó fuertes polémicas y debates.
El tercer largometraje de Lechuga, Vicenta B. (2022), también fue retirado de la competencia oficial del evento luego que se le comunicara al director que había sido aceptada. Tras sus protestas, se le ofreció exhibirla fuera de competencia para apaciguar el escándalo, pero el equipo rechazó la oferta por considerarla ofensiva.
Llamadas desde Moscú y La Habana de Fito
El largo documental Llamadas desde Moscú (2023) de Luis Alejandro Yero, también fue vetado en el Festival de La Habana por retratar la emigración cubana en la capital rusa en los inicios de la invasión a Ucrania, y escucharse en una secuencia la voz del influencer opositor Luis Dener. Al igual que Vicenta B., fue incluida inicialmente en la selección oficial y luego retirada sin explicaciones.
Ese mismo año, la censura oficial de la película La Habana de Fito (2023) de Juan Pin Vilar, provocó también que nunca fuera aceptada por los organizadores del evento, sin más explicaciones.
Matar a un hombre
En la edición de 2024, el cortometraje de ficción Matar a un hombre (2024) del cubano Orlando Mora, fue inicialmente seleccionado para competir en su categoría, pero las dos exhibiciones programadas fueron suspendidas por apagones en los cines, y la obra nunca fue reprogramada.
Días después de finalizado el Festival, fue proyectada en la Fundación Ludwig de Cuba y en la Embajada de Noruega en Cuba, y su director fue secuestrado por la Seguridad del Estado durante todo un día, en el que fue sometido a interrogatorios. Matar a un hombre cuenta con un personaje militar, enamorado de un joven gay, y que aparece vestido de uniforme, con grados de General de División de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
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