La policía del régimen cubano detuvo este lunes 24 de noviembre de 2025 en La Habana a Martiño Ramos Soto, profesor gallego y exdirigente de izquierda, condenado por la justicia de España a 13 años y medio de prisión por abusar y violar durante años a una alumna menor de edad, según confirmó la agencia EFE.
Pero el fugitivo llevaba meses viviendo en Cuba y figuraba entre los diez delincuentes más buscados por la Policía Nacional española. Su entrega es negociada entre Madrid y La Habana, pese a que no existe un tratado de extradición entre ambos países.
Cuba, paraíso de terroristas y extremistas
Aunque las autoridades cubanas detuvieron a Ramos, el régimen ostenta una larga historia de protección de prófugos de la justicia de muchos países, muchos de ellos declarados de izquierda o simpatizantes de Fidel Castro, incluyidos varios líderes y miembros de la organización terrorista vasca Euskadi Ta Askatasuna (País Vasco y Libertad), más conocida por sus siglas ETA. La muerte en La Habana, en 2025, de la estadounidense Assata Shakur, una de las más buscadas por el FBI por el asesinato de un policía en 1973, concluye una de muchas historias conocidas y sospechadas.
La decisión de residir permanentemente en Cuba, tomada por la activista española procastrista Ana Hurtado, luego de que fuera juzgada y condenada en su país por difamación contra el médico cubano Lucio Enríquez, es otro caso que pudo influir en la decisión de Ramos de escapar hacia Cuba.
Uno de los 10 fugitivos más buscados de España
Martiño Ramos Soto, de origen gallego y con un pasado como dirigente de la izquierda vinculado a la coalición En Marea, fue condenado por la Audiencia de la ciudad gallega de Ourense por abusos sexuales continuados a una exalumna de 12 años. A finales de julio de 2025, la sentencia fue ratificada por el Tribunal Supremo.
La víctima fue su estudiante de música durante años. De acuerdo con la sentencia, Ramos utilizó la red social Instagram para contactar y manipular a la menor mediante técnicas de online grooming, estableciendo una relación de dependencia emocional que desembocó en los abusos. Mensajes privados, intercambio de fotografías y conversaciones prolongadas fuera del ámbito escolar permitieron a Ramos aislar emocionalmente a la alumna y consolidar una relación asimétrica basada en la manipulación.
La investigación judicial detectó, además, otros contactos similares con alumnas del mismo centro escolar, aunque el procedimiento se centró en el caso que finalmente llegó a condena.
Pese a la gravedad de los hechos, la Fiscalía nunca solicitó prisión provisional para Ramos durante los cuatro años que duró el proceso. Esa ausencia de medidas cautelares permitió que el condenado permaneciera en libertad hasta que la sentencia se hizo firme, circunstancia que aprovechó para planificar su fuga.
Una fuga planificada por cuatro países y dos continentes
Ramos abandonó España en julio de 2025, pocos días antes de que el Tribunal Supremo ratificara la pena. En ese momento aún no pesaba sobre él una orden de busca y captura, lo que le permitió salir legalmente del país. Esta fue emitida el 16 de septiembre por la autoridad judicial.
Según las informaciones publicadas por la prensa española, el itinerario de la fuga incluyó escalas en Portugal, Brasil y Perú antes de establecerse en La Habana. El 31 de octubre, se emitió una orden internacional de detención.
El jefe de la sección de fugitivos de la Policía Nacional de España confirmó que estaban siguiendo el rastro de Martiño Ramos desde octubre, y se sospecha que el fugitivo contó con apoyo logístico y económico de terceras personas para organizar su desplazamiento y su estancia fuera de España. Según declaró el oficial:
Conseguimos rastrear que se había ido hasta allí y nos sorprendió por cómo lo había hecho, estaba planificado y utilizó medios técnicos
La elección de Cuba no fue casual: el país no mantiene un tratado de extradición bilateral con España y ha sido tradicionalmente un refugio complejo para la cooperación judicial internacional.
La policía española incluyó a Ramos el mismo lunes 24 de noviembre de 2025 en la lista de los diez delincuentes más buscados, como parte de una campaña pública para recabar pistas ciudadanas. El jefe de la sección de fugitivos detalló:
A través de autoridades cubanas conseguimos confirmar su paradero y por eso procedimos a solicitar al juez competente la orden internacional de detención.
Horas después de la difusión y la presión mediática en torno a su paradero, la policía del régimen cubano procedió a su arresto en la capital.
Vivía en La Habana bajo el nombre de “Martín Soto”
La presencia del condenado en Cuba trascendió a principios de agosto de 2025, pocos días después de la confirmación de la sentencia. Bajo el alias "Martín Soto", comenzó a publicar fotografías en Instagram en las que se le veía moverse con normalidad por espacios culturales de La Habana.
Durante al menos cuatro meses trabajó como fotógrafo en galerías de arte, desfiles y otros eventos de la escena cultural habanera, sin ocultar su rostro. Las imágenes, en las que aparecía acompañado de modelos y artistas, circularon en redes sociales, mientras en España se intensificaban las críticas a la falta de controles que permitieron su huida.
De acuerdo con fuentes citadas por EFE, la policía cubana era consciente desde hacía tiempo de que Ramos residía en la isla, y lo mantenía bajo vigilancia. Sin embargo, su detención no se produjo hasta que la difusión de su caso en la prensa internacional y la propia campaña de la Policía española elevaron la presión sobre las autoridades cubanas para impedir una nueva fuga a otro país.
Carrera y caída de un dirigente de izquierdas
Antes de convertirse en uno de los fugitivos más buscados de España, Martiño Ramos Soto se presentaba como profesor de música y activista político de izquierdas. Militó de forma destacada en el movimiento En Marea, la coalición gallega surgida en torno a las mareas municipalistas y al espacio político de Podemos y otras fuerzas progresistas en la comunidad autónoma.
Era también conocido por diversas actividades relacionadas con la música y la educación. Dirigió la agrupación Niños Cantores de la Capilla Madrigalista (Nenos Cantores de la Capela Madrigalista) y coordinó la organización de A Bela Auria, una fiesta histórica basada en los años veinte y treinta del siglo pasado.
Su imagen pública estaba asociada a discursos de defensa de los derechos sociales, la educación pública y las políticas igualitarias. La condena por abusos sexuales a una menor derrumbó ese perfil y supuso un fuerte golpe reputacional para los espacios políticos en los que había participado, que se desmarcaron del condenado una vez conocidos los detalles del proceso judicial.
El contraste entre el discurso igualitario que había sostenido en la esfera pública y la violencia ejercida en el ámbito privado agravó la indignación social en España, especialmente entre colectivos feministas y de defensa de la infancia. El caso también reabrió debates sobre los mecanismos de control y protección de menores en los centros educativos, así como sobre la responsabilidad de las organizaciones políticas a la hora de gestionar las denuncias que involucran a sus dirigentes.
Cooperación pendiente entre Madrid y La Habana
La detención de Martiño Ramos abre un capítulo decisivo en la cooperación judicial entre España y Cuba. Aunque hasta 2025 no existe un tratado formal de extradición entre ambos países, fuentes citadas por EFE aseguran que hay disposición de las autoridades para facilitar su traslado a territorio español.
El Gobierno de España busca que el condenado cumpla en una prisión española la totalidad de la pena de 13 años y medio que le impuso la justicia. Para ello, será necesario articular un mecanismo legal que permita la entrega en el marco de convenios bilaterales o acuerdos específicos de cooperación penal. Eladio Santos, subdelegado del Gobierno en Ourense, Galicia, declaró que:
No hay un tratado efectivo y activo de extradición, pero el Gobierno de España y la policía siguen trabajando para que esta persona cumpla definitivamente su condena en España
La captura del fugitivo supuso un alivio para la víctima y su entorno, que durante meses siguieron a distancia las noticias sobre la huida del agresor. También llega como respuesta a la opinión pública, que veía con preocupación cómo un condenado por delitos sexuales contra una menor podía reconstruir su vida en otro país, incluso bajo una nueva identidad y con plena visibilidad en redes sociales.
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